“Es una institución que aún tenemos en prueba, veo inconvenientes”. Con esas palabras, el ex juez de la Corte Suprema, Raúl Eugenio Zaffaroni, analizó en diálogo con BigBang la implementación de jurados populares como el que ayer condenó a prisión perpetua al femicida Fernando Farré. La polémica entre quienes respaldan esa forma de resolver conflictos judiciales y quienes la critican tiene varios años, pero en las últimas horas sumó un nuevo episodio.
En la provincia de Buenos Aires los jurados están compuestos por 12 personas, seis hombres y seis mujeres, completamente ajenas al mundo jurídico. Definen la condena al acusado de un delito, y si bien ya hubo más de 150 causas definidas bajo esta modalidad, la de ayer, coinciden los expertos, será paradigmática. Se trata de una modalidad que tiene varios años y que, además de Buenos Aires, se implementó en Córdoba y Neuquén.
A la derecha, preocupado, el abogado de Farré, Adrián Tenca. Detrás, el jurado popular.
Zaffaroni entiende que “para las cuestiones de hecho y prueba no es necesario ser un jurista ni mucho menos”, y aclara que “con sentido común se pueden resolver”. Sin embargo, sí duda respecto a otras etapas del proceso condenatorio: “La dificultad que veo es cuando se le pregunta (al jurado) si hubo una legítima defensa, un error vencible o invencible, un estado de necesidad, o la misma inimputabilidad”.
El planteo del ex juez de la Corte no es para nada menor. Ayer, en la condena a Farré, el jurado debió justamente tener en cuenta todas esas variables para emitir su definición. El vicepresidente de la Asociación Argentina de Juicios por Jurado, Andrés Harfuch, se opuso a las críticas al novedoso sistema y remarcó que es un modo de que la ciudadanía tenga representación en el Poder Judicial.
“Nadie cree en el sistema judicial, no se entienden los fallos condenatorios ni absolutorios. Todo el sistema de credibilidad está en jaque, porque es uno de los pocos países que no tienen juicio por jurado”, aseguró en diálogo con BigBang. Cauto, Zaffaroni aclaró que no se anima a “vaticinar” el futuro de los juicios por jurado, aunque sí se permitió ciertas críticas.
El ex juez de la Corte Suprema cuestionó algunos aspectos del juicio por jurados.
PROS Y CONTRAS
Lo cierto es que hubo algunos episodios que provocan ciertas dudas. La “emoción” que mostró el jurado que condenó a Farré, en contraposición con la imagen “impermeable” que muestran los magistrados, es una de ellas. Pero también la falta de “aislamiento”, que está incluso previsto por la ley sancionada en 2013: luego de jornadas extensas de debate, los jurados se retiraban a sus hogares, y podrían estar en contacto con posibles formadores de opinión respecto al caso del que deben definir.
Harfuch, de todos modos, criticó esa postura. “Es un prejuicio que los jueces no expresen sus sentimientos como hizo el jurado”, consideró el abogado, quien pidió tener en cuenta tres componentes: lo racional, lo emocional y la acción. “Los jurados mostraron equilibrio, ellos escucharon los argumentos de todos. Se dice que las emociones son algo malo, y no es para nada así”.
En varias provincias se llevaron a cabo simulacros antes de aprobarse la ley que los regula.
“Se deben manejar conceptos técnicos, que el juez no puede explicarle al jurado en cinco minutos”, observó el ex juez de la Corte. Harfuch cree que esa es una forma “peyorativa” de tratar a los jurados. “El juez estuvo una hora y media, pero además entienden todo perfectamente. No tomaron clases de derecho pero saben cada una de las cosas que se plantean”, remarcó.
“No me opongo ni lo desacredito, sino que creo que hay que tomarlo con calma y ver cómo funciona”, indicó Zaffaroni, quien de todos modos tiene algunas objeciones al sistema de jurados populares en la Justicia. “En lo práctico, es caro”, señala a BigBang. Además, cuestiona los plazos: “No es posible tener a 12 personas presas, deberíamos superar esos juicios que duran semanas”.
Según Harfuch, los juicios por jurado requieren el 0,06 por ciento del presupuesto anual del Poder Judicial. Sin embargo, sí reconoce que se trata de un proceso más complejo, por el tiempo que requiere la convocatoria a los jurados, que primero son cincuenta y luego se descartan para alcanzar la cifra de 12. Positivo, Zaffaroni concluyó: “Veremos cómo va resultando, veo inconvenientes, pero tenemos que ver cómo se van resolviendo. En una de esas, resulta”.