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Los momentos inolvidables y los personajes más increíbles (y repudiables) de la cuarentena

El 20 de marzo comenzó el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio para evitar la propagación del coronavirus. Desde ese momento, ocurrieron situaciones impensadas.

19 Marzo de 2021 15:33
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En medio de la pandemia de coronavirus había que actuar rápido. Mientras los contagios aumentaban en Argentina y el resto del mundo, el Gobierno Nacional ordenó el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO) en todo el país. Con retenes policiales en diversos puntos y la prohibición de salir a realizar diversas actividades a la vía pública, la movilidad se vio reducida en gran medida. Pero, siempre hay personajes que quieren llevar la ley un poco más lejos. Por ese motivo, se vivieron situaciones cómicas, bizarras e, incluso, violentas. En BigBang te proponemos un recorrido por la cuarentena en Argentina en 2020.

Vacaciones en pandemia

Mientras la mayoría de las familias buscaron refugio en su hogar, hubo otros que pensaron que debían aprovechar la cuarentena para tomarse un buen descanso. Así que armaron sus valijas, se subieron a sus autos y viajaron rumbo la Costa Atlántica. Antes de que el ASPO fuera oficial, el Gobierno ordenó controles policiales en todos los ingresos y egresos de las ciudades. El 19 de marzo, el tránsito hacia Pinamar y Cariló se multiplicó. Hubo largas filas, peleas y detenciones. Pero si alguien se destacó fue el conductor de un auto que quiso evitar el retén de la Policía a través de los médanos. Quedó detenido al instante. Y también debió pagar la grúa para rescatar a su auto.

Fiebre de jueves al mediodía

Durante esa jornada, se armó un revuelo en el peaje de Hudson. El operativo policial incluía control de fiebre. Cerca del mediodía, un hombre que manejaba rumbo a la costa dio 38,5 de temperatura. El hombre vivía en Florencio Varela, llevaba varios bolsos en el asiento trasero del vehículo, tenía barbijo (¡Algo que estaba fuera de lo común!) y había estado en contacto con un turista italiano por su trabajo. El hombre fue escoltado de vuelta a su hogar para que permaneciera aislado hasta que se le pasaran los síntomas. Por entonces, contar con hisopados rápidos para determinar si alguien tenía coronavirus eran sólo un sueño.

 

Montañas en la ruta

Como los controles de tránsito no alcanzaban, varios distritos del país cortaron las rutas con barricadas. En la provincia de Buenos Aires, Entre Ríos, Santa Fe, Mendoza y otras provincias, los montículos de tierra fueron montados por los jefes comunales. Sin duda, un escenario inolvidable para muchos ciudadanos.

 

Un buque aislado

El hombre había llegado de Holanda con destino a Uruguay. Después de eso, viajó a Carmelo y subió al Buquebus para regresar a su hogar, en Buenos Aires. Cuando arribaron al puerto, el joven declaró que había estado internado en Montevideo, que se escapó del hospital y que tenía Coronavirus. Por entonces, no se sabía mucho de la enfermedad. Tampoco había herramientas para determinar si alguien seguía enfermo o no. Así que los 400 pasajeros y la tripulación del Buquebus debieron ser aislados hasta que se determinara que no tenía problemas de salud. También se le armó una causa por propagación de enfermedad, por lo que podría ser sentenciado a 15 años de prisión.

 

Infidelidad pública

La historia es simple. Un hombre se había enamorado de una mujer. Ella era de Córdoba y casada. Él soltero y de Selva, un pueblo de 2500 habitantes en Santiago del Estero. Estaba dispuesto a todo. A pesar de la pandemia de COVID-19. La mujer había regresado de España con algunos síntomas, pero no les prestó atención. Llamó a su amante y le pidió que viajara a verla porque su esposo no estaba. Hubo un fogoso encuentro. Inolvidable. El joven regresó a Selva. Al otro día se juntó con 20 amigos. Hicieron un asado. El virus se multiplicó y el pueblo quedó aislado por 14 días. En Córdoba, se vivía una crisis matrimonial y de salud.

Final infeliz

El 20 de marzo, mientras no había movimiento en las calles porteños, en un hotel alojamiento de Balvanera la estaban pasando bomba. Por una denuncia anónima, un operativo policial se realizó en el hotel Mansión Lirio, sobre la calle Presidente Perón al 3100. Cuando ingresaron, los oficiales se encontraron con 13 personas que llevaban varias horas en una fiesta, que incluía alcohol, marihuana y drogas sintéticas. Entre los detenidos había dos extranjeros: Un ciudadano chino y otro dominicano. Esa misma madrugada habían sido detenidas varias personas en la vía pública por romper la cuarentena.

 

Irresponsables

Para evitar la cuarentena, un chofer de un micro que venía desde Brasil falsificó un listado de pasajeros y le dijo a la Policía que llegaban desde Mar del Plata. Los pasajeros bajaron en la Terminal de Rosario. Lo llamativo es que el hecho salió en vivo por televisión. Casi al instante, un fiscal actuó de oficio y ordenó la captura de los dos choferes y dos pasajeras.

 

Inhumano

El martes 24 de marzo de 2020, la Policía de Tandil se llevó una sorpresa cuando revisó el auto del empresario Gustavo Cardinale. En el baúl estaba escondida su empleada doméstica. Al parecer, había intentado que la mujer ingrese para trabajar en su hogar, algo que estaba prohibido en aquel momento. De inmediato se hicieron presentes en el lugar varios móviles policiales y el denunciado intentó justificar su accionar. Quedó detenido, a las pocas fue liberado y ahora enfrenta una causa penal.

#EmergenciaSanitaria : Mientras realizábamos tareas de seguridad y control para evitar la propagación del #coronavirus, secuestramos un yate y detuvimos a sus dos tripulantes por violar la cuarentena obligatoria. #Rosario #CuidarteEsCuidarnos #QuedateEnCasa pic.twitter.com/lnDRgXnfwT

- Prefectura Naval Argentina (@PrefecturaNaval) March 23, 2020 

Yate detienen

En plena cuarentena, Gustavo Nardelli, uno de los principales directivos de Vicentín, creyó que era una buena idea irse a pasear las islas del Río Paraná en su lujoso yate. Fue interceptado por la Prefectura, detuvieron a él y a su acompañante, y secuestraron la embarcación.

 

Un Pokémon

El Centro porteño estaba prácticamente vacío ese 24 de marzo. Hasta que la Policía de la Ciudad se cruzó a este joven de 28 años de origen chino. En ese momento, Wenjie Xue estaba concentrado jugando al Pokémon Go en Piedras 749. Fue detendio de inmediato y puesto a disposición del Juzgado Federal 9. No pudo terminar la partida.

 

El surfer más famoso

Su nombre es Federico Llamas, tiene 27 años y cobró trascendencia al ser demorado por las autoridades en la autopista Panamericana luego de intentar llegar a su domicilio tras arribar de Brasil. “Vengo de surfear”, exclamaba el hombre, que había atravesado varias provincias para llegar a Buenos Aires. Lo que nadie sabía era que después de ser escoltado hasta su casa, iba a seguir camino hasta Ostende, en la Costa Atlántica. Mientras los vecinos pedían que se fueron e iban a lincharlo, las autoridades judiciales ordenaban su detención. Le fueron secuestradas la camioneta y las tablas. Una semana después, pidió a la Justicia que se las devuelvan.

Por una cabeza

Los policías de Itacaruaé, en Misiones, no lo podían creer. El conductor de la camioneta manejaba borracho y a alta velocidad. Pero en la caja del vehículo, llevaba a su caballo atado. “Dejenme ir. Es urgente”, les ordenaba a los oficiales. Cuando le consultaron por qué había roto la cuarentena, el hombre de 66 años, en estado de ebriedad, les respondió: “Mi caballo está deprimido y lo llevo a lo de una curandera”. El infractor quedó detenido por disposición de la Justicia y el caballo quedó al cuidado de un familiar del dueño.

 

Dame luz

Una señora de 83 años violó la cuarentena para tomar sol en su reposera. La frase se multiplicaba en las redes sociales. Es que la jubilada de 83 años que había dejado su hogar, violó la cuarentena y se sentó a tomar sol en el parque Tres de Febrero, sobre la avenida Libertador y a la altura de Fray Justo Santa María de Oro, llamaba la atención de todos. Seis efectivos policiales intentaron convencerla, pero ellas les repetía que necesitaba luz solar y que no vivían en una “dictadura”. Mientas tanto, los vecinos de Sara le gritaban desde los balcones frente al parque. “Déjeme hasta las 15.20, sea bondadoso, no estoy jorobando a nadie, media hora voy a tomar sol y me vuelvo. Colabore conmigo que soy una vieja que necesita del sol”, les pedía la señora. No la complacieron. A los minutos ya estaba de vuelta en su hogar. Y la Justicia ordenó una causa en su contra.