De acuerdo a cifras oficiales del Ministerio de Salud, una de cada dos personas que desarrollan cuadros severos de coronavirus y requieren internación en unidades de terapia intensiva logra sobrevivir a pesar de las comorbilidades.

De acuerdo al científico de datos Santiago Olszevicki, si "la saturación del sistema sanitario es tan temida, y con razón, porque gran parte de ese 50% no sobreviviría".

Por su parte, la presidenta de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI) y jefa de sala de terapia intensiva del Hospital San Martín, de La Plata, Rosa Reina, explicó que "quienes llegan a terapia intensiva con Covid-19 son, en su mayoría, pacientes que tienen comorbilidades que los ponen en condiciones de vulnerabilidad frente a este virus, y a cualquier otra infección".

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También advirtió que cuando las condiciones de atención en terapia intensiva no son adecuadas "eso tiene una incidencia en la sobrevida del paciente" y que "el trabajo que se está haciendo es para que esto incida lo menos posible y que esa no sea la causa de la mortalidad de los pacientes". 

Ocupación creciente

Paralelamente, el Ministerio de Salud informó que en Argentina hay 1.569 camas de terapia intensiva de adultos ocupadas, que representan un 57,3 por ciento a nivel nacional y un 67,4 por ciento en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).

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Mientras tanto, según un relevamiento de la SATI en la Ciudad de Buenos Aires, de un total de 652 camas se observó una tasa de ocupación del 85%, de las cuales 54% fueron pacientes con Covid-19. Un 67% de estos tenían asistencia respiratoria mecánica. 

Considerando el sector público representado por 213 camas, sólo el 11% está libre. Mientras tanto, en el sector privado el 17% de las camas no estaba ocupada. 

"Si bien este relevamiento es sólo una muestra, lo que a nosotros nos llega a la SATI es que la mayoría de las instituciones están arriba del 60% de ocupación e incluso algunas llegan 100%; aquellas que atienden mayor complejidad tienen ocupaciones que rondan el 80%; son muy pocos los centros de salud que están holgados de camas", advirtió Reina.

La especialista también explicó que la posibilidad de ampliar esa capacidad es limitada, ya que la cantidad de profesionales intensivistas es muy baja, por lo cual "puede figurar una cama con respirador pero si noy hay personal esa cama no está operativa".

"Médicos, enfermeros y kinesiólogos, que son las tres especialidades básicas en una terapia intensiva, tienen como mínimo tres años de formación más las prácticas; no se pueden formar estos profesionales rápidamente", explicó Reina.