Ahora en Estados Unidos lo llaman "Slime" y es furor. Los que pasamos los 40 lo conocimos como "Miki Moco". ¿Qué es? Bueno, no es moco pero se le parece bastante. Es una sustancia gelatinosa que la gente usa para amasar, para arrojarle al prójimo, para simular que el moco no le da asco. Un juego infantil que fue adoptado por los nerviosos. Dicen que se relajan estrujando, partiendo en pedazos y arrojando contra la pared esa sustancia.
Hay que tener cuidado con el Miki Moko 2.0.
A partir de los tutoriales de YouTube, miles de personas en el mundo comenzaron a desarrollar una suerte de Miki Moko casero.
Algún genio de la artesanía descubrió que la gelatina salía más consistente y duraba más si le agregaba bórax (borato de sodio) al preparado. Puede que sí. El problema es que el bórax también se utiliza para matar cucarachas, de modo que estar amasando bórax durante horas no parece ser lo más saludable. Lo descubrieron, fatalmente, aquellos que reportaron quemaduras de segundo grado, y peores, en sus manos.
Desconfíe del Miki Moko clandestino que no tiene una etiqueta ni un sello de aprobación de alguna autoridad.
Puede que tenga bórax y termine usted amasando cucarachicida hasta que las manos se le deshagan. Y procure no hacer Miki Moco con bórax, salvo que considere que le sobra piel en las palmas.
El bórax genera reacciones irritativas en la piel. Su ingestión puede provocar severos daños en el hígado o en los riñones.
Hay gente que los hace con detergente para la ropa. Bueno, tampoco es una buena idea, en especial si lo van a usar niños. La idea es jugar sin intoxicarse. Es una cuestión de prioridades. No hay peor Miki Moko que el que nos conduce hasta el hospital.