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Los secretos de Jack, el labrador que encontró los dólares de Lázaro

Es uno de los perros de la AFIP. Lo entrenaron en un departamento creado durante la presidencia de Néstor Kirchner. Resultó determinante en la búsqueda de los USD 90 mil que aparecieron en una de las casas del empresario.

01 Mayo de 2016 18:15
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En los allanamientos ordenados por Guillermo Marijuan en propiedades de los hijos de Lázaro Báez se encontró un bolso con fajas de dinero que usan los bancos y también unos 90 mil dólares que fueron secuestrados por disposición judicial.

Pero quien advirtió que había dinero físico en el ambiente no fue un policía ni un delegado del fiscal, sino un protagonista muy especial.

Se trata del "agente" de la AFIP Jack, uno de los perros sabuesos entrenados por la Agencia en un departamento especial creado durante la presidencia de Néstor Kirchner por el entonces titular de la entidad recaudadora. Paradójicamente, Ricardo Echegaray está hoy imputado en la causa.

Labradores, una raza versátil, con trabajo en la entidad recaudadora.

El séquito judicial-policial ya había recorrido el domicilio de Martín Báez, en la calle Comodoro Py, y de Leandro Báez, sobre Villarino. Sin embargo, efectivos uniformados se dirigieron a casa de Melina, la menor de las hijas, quien accedió a que la Justicia ingresara al domicilio de Alcorta al 700.

Los efectivos de la División Fraudes Bancarios, dependientes de la Policía Federal, recorrieron cada costado del inmueble de dos plantas y permitieron que Jack comenzara con sus tareas. Hasta que delató que algo había encontrado.

Distintas fuerzas de seguridad participaron del operativo, aunque Jack fue determinante.

Fue en ese lugar donde Jack comenzó a “hacer su gracia” y a delatar a los efectivos de la AFIP la posible presencia de dólares, ya que este cachorro de pelaje corto dorado, y entrenado para reconocer las divisas estadounidense, estaba “como loco” con el perfume a billete verde.

Los efectivos tardaron dos segundos en hallar el bolso, como los que se vieron en los videos de La Rosadita, con las fajas de papel, sellos del banco de Santa Cruz y del Macro, que las entidades bancarias utilizan para armar los "ladrillos" de billetes.

Pero no fue el único trabajo que realizó Jack y que de manera efectiva le sirvió a los investigadores y fuerzas de seguridad federal durante los diferentes allanamientos en los inmuebles de la familia Báez.

Los allanamientos en la mansión del empresario ligado al kirchnerismo. 

El perro fue determinante para encontrar los 90 mil dólares en la casa del empresario. Tras el hallazgo en la calle Alcorta, el can también fue testigo y parte clave de los allanamientos en la chacra 39, propiedad del dueño de Austral Construcciones.

La situación de Lázaro Báez se complica cada vez más.

Jack, además, participó en la recorrida que se realizó en la chacra del barrio Cañadón, en El Calafate, también propiedad de Báez.

Y cuando lo llevaron al campo Guer Aike, a 80 kilómetros de El Calafate, “marcó” los lugares donde las máquinas retroexcavadoras debían comenzar a buscar.

Jack “marcó” los lugares donde las máquinas retroexcavadoras debían buscar.

Este labrador detector de dólares se suma a los de su raza y a los Golden Retriever, junto con los Flat-Coated Retriever (llegados de Noruega), entrenados y adiestrados para poder realizar con éxito los procedimientos de la AFIP en busca de los billetes o de drogas.

A Jack, como a los perros especialistas en rastreo de dólares y estupefacientes, también se los entrena para desactivar o encontrar artefactos explosivos.

Los perros son entrenados especialmente por efectivos de la Policía Federal. 

Los perros no consumen ni muerden el dinero, y tampoco se los droga para llegar a lograr el adiestramiento, sino que se “busca ejercitar una asociación, para que genere reflejos y lo condicione, de esa forma aprenden a reconocer el olor del billete”.

En definitiva, lo que los perros hacen es ir en busca de su juguete, algo que Jack no solo encontró, como si fuera su pelotita, una galleta o una simple caricia, sino que fue el héroe silencioso de los allanamientos.