Tradición nacida en España, ya en el siglo XII hay registro de la existencia de las roscas de Reyes. Elaborada con una masa perfumada con agua de azahar, suma agregados como crema pastelera, frutos secos y frutas confitadas.
En Buenos Aires, varias panaderías y confiterías la tienen durante enero en sus estantes, lista para ser acompañada con unos buenos mates o un café. Pero, ¿qué características debe tener una rosca de Reyes de buena calidad?
De acuerdo a Juan Manuel Artiaga, de la confitería Artiaga, hay que desconfiar cuando la masa es demasiado amarilla, ya que puede tener colorantes para simular la presencia de yemas de huevo.
"Debe ser esponjosa, la textura es fundamental para saber si la masa es tierna", agrega. "Esto se logra con un correcto y paciente amasado, y bajo contenido de levadura. Gracias a ello logramos una humedad y sabor excelentes, junto con un descanso en bloque y en frío de la masa por 16 a 24 horas.
Luego de adquirirla, además, es ideal mantenerla a temperatura ambiente tapada y consumirla en los siguientes dos días para que mantenga su punto ideal de frescura y aireado.
La "prima" francesa
En Francia, el Día de Reyes no trae rosca pero sí otra dulce tradición, la galette des Rois. una tarta de hojaldre rellena con pasta de almendras. En su interior, al igual que sucedía antaño con la rosca de Reyes, se esconde un haba seca o una figurita de plástico o cerámica: quién la reciba en su porción se convierte en rey por un día y toma el compromiso de invitar la próxima galette al resto de los convidados a la reunión.
En Buenos Aires, la galette des Rois puede conseguirse en dos panaderías especializadas en dulzuras francesas: Cocu (Malabia 1510) y Gontran Cherrier (Malabia 1805).