por Daniel Riera
17 Abril de 2020 10:33
-A los problemas que tenemos todos a raíz del coronavirus, los swingers le agregan el suyo propio: el intercambio de parejas y el sexo grupal, las actividades sexuales que más disfrutan, les están vedadas por razones obvias. Daniel, junto a su pareja Beatriz, es uno de los principales referentes y cultores del mundo SW en la Argentina. En esta nota analiza cómo se sienten los swingers argentinos ante esta obligada retracción.
-¿Cómo es la vida de los swingers durante la pandemia? ¿Qué alternativas encuentran?
-Todas las actividades públicas están canceladas, los boliches están cerrados, las actividades en quintas y organizaciones menos comerciales también, y los hoteles alojamientos que en Capital aceptaban más de una pareja, también están cerrados. No hay ninguna opción posible de encuentro. Los intentos que hubo no fueron fructíferos, no prosperaron.
-¿Qué tipo de encuentros?
-Siempre hay alguna pareja organizadora que se propone -con ciertas normas no comprobables de salud- juntar poca gente en una casa. Y eso la verdad que no funciona, no da. Así que el ambiente está recluido a lo virtual. Vos sabés que nosotros tenemos una página, www.entrenos.com.ar, y una app que se llama enexpress y se baja de playstore. En la app se comunican y...
-Chichonean, básicamente...
-Están acumulando citas para el futuro. Si la pandemia se hace muy larga no van a poder resolverlas, pero eso los que quieren digamos, no perder conexión con el ambiente. Los que se inclinan más al sexo virtual utilizan nuestra videoconferencia, la página, o se intercambian fotos. Hasta ahí llega la posible práctica. Sé de muy pocos casos, sobre todo al principio de la pandemia, que hacían algún trío en su casa, o de algún solo que se movía hacia alguna dirección, pero hoy prácticamente eso si lo hay está muy oculto, porque no se puede. La gente está muy metida para adentro y tratando de tomar distancia. El ambiente no está callado, no es que desapareció la gente de la página, hay mucho movimiento hasta altas horas de la noche. En nuestra página tenemos un sistema nuevo, una especie de Facebook de swingers, donde la gente deja un mensaje y los otros le responden, y hay un chat de texto y videoconferencias. La gente se registra y hay una opción vip que te da algunos beneficios, pero en general la gente tiene ahí formas de comunicarse con los demás. Es muy dura la situación, porque es probable que cuando la cuarentena se levante, alguno de los boliches swingers que existían no exista más, porque ya no tenían una buena situación y por lo que he hablado con los dueños, algunos no han llegado a acuerdos para que les bajen el alquiler.
-¿Por qué no tenían una buena situación antes?
-Porque en general la gente se estaba retirando de los boliches. A los boliches empezó a entrar el que iba a curiosear, y entonces el ambiente swinger se replegó a casas privadas, a quintas, y abandonó el boliche. Por eso algunos de los boliches más emblemáticos empezaron a percibir menos cantidad de gente. Empezó la autoorganización y eso trajo "Yo llevo mi vinito, mi heladerita con cosas", y claro, en los boliches eso no se permite porque viven de las consumiciones y la entrada. Y después hubo un fenómeno que se venía incrementando que es la intervención de la municipalidad en los boliches swingers. Muchas clausuras sin sentido, y eso también afectó bastante la actividad. Así que entraron en el proceso de pandemia en una situación complicada, imaginate cuando salgan... No sabemos cómo se va a reorganizar el ambiente.
-¿Extrañás?
-Yo creo que todo el mundo extraña. Después de muchos años de esto, además de lo sexual se genera un vínculo social también. Nos encontrábamos en quintas, hacíamos asados, tenemos muchos amigos, donde independientemente del sexo había otra relación.En muchos casos, el círculo de amistad de los swingers gira alrededor del ambiente y hoy al no poder salir te tenés que remitir al whatsapp, así que sí, se siente. Esto fue algo inesperado. Nosotros siempre nos cuidamos, siempre usamos profiláctico y ahora ni siquiera alcanza con usar mascarilla, porque ahora se trata del contacto de cercanía. La verdad que esta pandemia rompió todo vínculo de cercanía, y cuando termine la pandemia va a pasar mucho tiempo, un tiempo prolongado hasta que la gente se anime a encontrarse, porque no estamos hablando de que volvés al laburo, estamos hablando del contacto físico. Va a costar volver a reiniciarlo, creo que vamos a tener cuando termine esto un año de actividad media o menos que media.
-Vos sabés que en Bélgica cuando recién empezaba esto, la ministra de Salud habló de prohibir tríos y actividades sexuales de más personas...
-Claro es que allá está incluida dentro de las normas de comportamiento sexual de la gente, mientras que en la Argentina, en especial en la ciudad de Buenos Aires, existe pero está negada. Vos vas a un club en Europa y tiene camas, habitaciones privadas salas para grupales, y todo eso funciona dentro de la ley. A nadie se le va a ocurrir entrar a un boliche y clausurarlo por eso, pero en la Argentina no hay nada regulado. Yo sé de buenas fuentes que el gobierno de la Ciudad quiere cerrar los boliches swingers. Esta actividad está ninguneada y existen más de 200 mil swingers en la Argentina. Nuestra página, solamente, tiene más de 80 mil perfiles registrados.
-Pese a prohibiciones y a pandemia las ganas las siguen teniendo.
-La libido durante la pandemia aumenta. Yo tengo amigos que tienen sex shops y la venta de juguetes les aumentó un 70 por ciento. Aumentaron a la vez la necesidad de sexo y el medio a practicarlo.