Cerca de las 11:30 de anoche, en la esquina Anchorena y Beruti se produjo un episodio confuso y violento que incluyó el uso de un arma de fuego.
Un auto particular se detuvo. Su conductor bajó fuera de sí. Vociferaba y amenazaba con disparar. Su enojo comenzó cuando un taxista comenzó a perseguirlo. Se acercaba cada vez más y lo amenazaba con romperle el vehículo. Lo acusaba de ser chofer de Uber y cuando la fuga se tornó peligrosa, el particular se frenó para increparlo.
El arma con la que se produjo la amenaza.
El hombre negaba ser de Uber y la pelea empeoraba. A los minutos, esa esquina se colmó de otros taxis que intentaron linchar al conductor. "Eran más de 50 taxis que llenaron las cuadras. Comenzaron a acorralar al tipo y un muchacho que pasaba comenzó a filmar con su celular el episodio. Después lo encerraron para sacarle la filmación y terminó resguardándose en el kiosko", contó Matías, un empleado un comercio de la esquina a BigBang.
Ante el revuelo, los vecinos llamaron al 911 y de inmediato llegaron efectivos para intervenir. Detuvieron a ambos conductores y lograron controlar la tensión que se generó con el testigo que filmó el episodio.
Fuentes policiales confirmaron el hecho a este sitio y aseguraron que el taxista comenzó a perseguir al vehículo particular asegurando que se trataba de empleado de Uber. El hombre lo niega y la discusión terminó en la comisaría de la zona.
La Policía corroboró que el arma cumplía con las reglamentaciones pertinentes y que su poseedor es personal de seguridad. Este hecho continuará siendo investigado por la Justicia y es uno más de las tantos conflictos que se provocan por las conocidas persecuciones al estilo "caza de Uber".
Una de las tantas manifestaciones en contra de la plataforma.
Esto mismo lo contó hace unas pocas semanas, desde su cuenta de Twitter, el historiador Daniel Balmaceda. "'Vengo de perseguir a un UBER que se me escapó'. A continuación, parte del diálogo que tuve sobre una suerte de grupo de cazadores de Uber", citó y compartió el video.
Esto mismo se repite una y otra vez. Como si fuera poco, también la persecución incluye micro ataques como gomas pinchadas, vidrios rotos, pintadas y hasta balazos. De esta manera los taxistas llevan adelante los ataques contra los conductores de Uber.
Lo alarmante es que los niveles de violencia crecen a ritmos acelerados y no parece existir una solución inmediata que evite una tragedia mayor.
LOS TESTIMONIOS DE LOS AGREDIDOS
"Este es mi segundo auto. Con el anterior sufrió un ataque feroz. Me encerraron y me chocaron dos taxis. Uno por delante y otro por detrás. Me salvé porque uno de los tipo quiso venir a pegarme pero llegó un tercer taxi y le dijo que se fueran. Llegó la Policía, le expliqué pero todo quedó ahí", relata Víctor. Es peruano y tiene dos autos trabajando con la aplicación Uber. Asegura que trata de cuidarse más. No tiene el GPS a la vista y le pide a sus pasajeros que se sienten delante. "Se fijan mucho en eso, pero igual a muchos nos tienen identificados por las patentes", afirmó.
También Gonzalo repasa que ya cambió dos veces el espejo lateral. "Uber me paga los repuestos, mano de obra y lo que necesite cada vez que me rompen el vidrio pero es una locura vivir así. Hay pasajeros que no quieren viajar adelante o tienen miedo. Evito en los semáforos frenar cerca de un taxi porque me da miedo que me escupan o me tiren con algo. Es como que te huelen", añade y remarca que es más 'tranquilo' circular en provincia y no en Capital Federal.
La marca por pertenecer a Uber.
Las marcas de los ataques.
Las pintadas cada vez son más frecuentes.
Otro conductor, suma más precauciones. "No voy a Aeroparque. Ya es algo que sabemos todos los que somos de Uber. Evitar esa zona porque hay un grupo de taxistas que están esperando detectar un Uber para señalarlo, atacarlo y llamar a la PSA para que lo detengan", cuenta César, quien pertenece a un grupo de WhatsApp en el que con otros conductores comparten publicaciones, fotos y videos de ataques.
A su vez, se advierten de zonas más calientes que otras y replican mensajes que encuentran en las redes sociales originados por taxistas.
En las redes abundan los grupos "secretos".
Los taxistas se organizan.
La comunicación entre los choferes de Uber.
En el Ministerio Público Fiscal porteño se investigan numerosas denuncias en este sentido por daños contra la propiedad privada que , según el artículo 183 del Código, pueden ser reprimidos con prisión de 15 días a un año.
Lo cierto es que ya existen taxistas procesados por los ataques y que deberán resarcir económicamente a los damnificados. Pero esto no solo afecta a los que pertenecen a esta plataforma de transporte privado. Sino que también a conductores particulares, o de agencias o choferes privados.
Ese es el caso de este hombre, que prefiere no ser citado por su nombre en la nota. En sus redes sociales hizo un descargo apenado porque ahora no puede trabajar debido a los destrozos que sufrió su auto.
No era Uber y le rompieron el auto.
La compañía lleva dos años en Argentina y cuenta con 2,2 millones de usuarios inscriptos en más de 25 ciudades del país, aunque por el momento el servicio solo está operativo en CABA y GBA, aunque el gobierno porteño no lo autorizó.