Big Bang! News
Más
Todo se desploma

Lunes negro: el mundo amanece en pánico tras el estallido de la guerra comercial global

La bolsa de Tokio cerró con fuertes caídas este lunes y los mercados se preparan para atravesar una jornada muy complicada.

07 Abril de 2025 08:25
En la Argentina, hay temores de que continúe la sangría de reservas.
En la Argentina, hay temores de que continúe la sangría de reservas.

Una ola de pánico se apoderó esta madrugada de los mercados internacionales, en lo que ya muchos analistas no dudan en calificar como el "nuevo lunes negro" del siglo XXI. Una brutal caída del 7,35% en la Bolsa de Tokio abrió la jornada financiera con un mensaje inequívoco: la economía global está entrando en zona de turbulencias severas, arrastrada por la escalada de tensiones comerciales desatada por el presidente estadounidense Donald Trump. 

La bolsa de Tokio cerró con fuertes caídas
La bolsa de Tokio cerró con fuertes caídas

La mecha la encendió la Casa Blanca con una medida sin precedentes: una batería de aranceles universales del 10% sobre todas las importaciones, acompañada de tarifas aún más duras del 20% contra la Unión Europea y un explosivo 34% para China. La reacción no se hizo esperar. En una espiral de represalias, Pekín respondió con aranceles espejo, y el mundo entero entró en modo alarma. En cuestión de horas, las bolsas asiáticas se desplomaron como piezas de dominó. Hong Kong lideró el naufragio con una caída del 13,22%, la peor desde la crisis asiática de 1997. Shanghái retrocedió un 7,34%, Seúl un 5,6%, Sídney un 4,2% y Taiwán un dramático 9,7%. 

Ni siquiera los gigantes tecnológicos lograron resistir: todos los sectores, desde energía hasta manufactura, cayeron sin piedad. La conmoción cruzó sin escalas al Viejo Continente. Apenas sonaron las campanas de apertura, las bolsas europeas entraron en caída libre. El índice de Frankfurt se derrumbó más de un 10% en los primeros minutos antes de estabilizarse con una pérdida del 6,5%. París y Madrid retrocedían 5,5%, Londres un 4,7%. Los operadores hablaban de "pánico líquido". Nadie compraba. Todos huían. Los mercados de futuros estadounidenses tampoco ofrecieron consuelo. El Dow Jones se desplomaba 1.405 puntos antes de la apertura, una caída del 3,7%. 

Trump ninguneó a Milei
Trump, el artífice de todo

El S&P 500 perdía 4,3%, y el tecnológico Nasdaq 100 sufría un derrumbe del 5,4%, profundizando su retroceso acumulado del 22% desde el pico alcanzado en diciembre. Las criptomonedas, hasta hace poco consideradas un refugio, también se vieron arrastradas por la ola de desconfianza. El bitcoin, que había resistido el viernes, se hundió durante el fin de semana, dejando claro que ni el oro digital está a salvo cuando el miedo se vuelve global. 

En este contexto, uno de los termómetros más temidos por los inversores -el índice VIX, que mide la volatilidad del mercado- se disparó un 109% la semana pasada, alcanzando niveles no vistos desde la Guerra del Golfo o la Gran Recesión de 2008. El mundo financiero ya no habla en susurros: la palabra "recesión" ha dejado de ser tabú. A pesar del temblor global, desde Washington insisten en que la economía estadounidense está firme. 

En los programas políticos del fin de semana, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, minimizó el riesgo de recesión y defendió los aranceles como una "estrategia de reposicionamiento". Más aún, aseguró que más de 50 países habrían manifestado interés en renegociar sus términos comerciales con EE. UU. "Han sido malos jugadores por mucho tiempo", afirmó, en un tono más propio de un ring que de un foro económico.

Los mercados se preparan para atravesar un lunes muy complicado
Los mercados se preparan para atravesar un lunes muy complicado

Por su parte, el secretario de Comercio, Howard Lutnick, descartó cualquier posibilidad de dar marcha atrás: "Los aranceles van a quedar por días y semanas". El discurso desafiante no hizo más que encender la alarma de los mercados, que temen estar frente al inicio de una guerra comercial total, sin vuelta atrás. En Argentina, mientras tanto, el sacudón global despierta un viejo y conocido temor: la sangría de reservas.

Con una economía frágil, una deuda en reestructuración permanente y una inflación que no da tregua, el país observa con creciente inquietud el temblor de los gigantes. El lunes empezó con una sensación que se había vuelto habitual, pero no por eso menos angustiante: la de estar al borde del abismo, sin saber si alguien está sosteniendo la soga. La historia de los mercados está plagada de sacudones, pero pocos con esta magnitud. Lo que empezó como una disputa comercial, hoy amenaza con convertirse en un terremoto financiero global. Y la pregunta ya no es si habrá daño, sino cuán profundo será y quién pagará la factura.

10