04 Junio de 2019 13:42
Alegre, sensual y juguetón, el cuarteto llama al baile casi sin querer: las caderas no pueden escapar a su influjo. Y su seducción es tal que el gobierno de su cuna, Córdoba, decidió dedicarle el 4 de junio como día para su homenaje y celebración.
Ese día fue el que, durante la década del '40, albergó la primera actuación del Cuarteto Característico Leo, el grupo que creo el ritmo que se convirtió en insignia artística cordobesa.
El contrabandista Augusto Marzano, su fundador, era viudo. Y como no quería dejar a su hija Leonor sola en casa en las noches durante las cuales actuaba, decidió incluirla en la formación: con apenas 17 años, ya se mostraba como una gran pianista. A ellos se sumaron el acordeonista Miguel Gelfo y el violinista Luis Cabero.
Para nombrar a la banda, Marzano eligió homenajear a su única y querida hija, sin imaginar que sería justamente ella quien terminaría convirtiéndose en la miembro más icónica de la mano de una casualidad.
Es que Leonor era zurda, y al tocar los pasodobles y tarantelas que eran insignia del Cuarteto Leo, le brindaba una acentuación mayor a la marcación rítmica con su mano izquierda, lo cual hacía que el primer tiempo del acorde sonara con más relieve que el segundo, creando así el característico "tunga tunga" del cuarteto.
"Venimos a ver a la señora que toca el piano", anunciaban los que comenzaban a acudir en buen número a ver las actuaciones de aquella mujer que los hacía bailar a todos como por arte de magia. Y así, la fama del "piano saltarín" de Leonor corrió por toda Córdoba.
No nos seguía la clase alta; tocábamos para las familias, la gente de trabajo"
"Los bailes de campo eran muy lindos. Hubo una época en que tocábamos de lunes a domingo. ¡Si habremos hecho casar parejas! Después nos venían a saludar con los hijos crecidos. Eran momentos muy hermosos. A nosotros no nos seguía la clase alta. Tocábamos para la familias, gente de trabajo", supo recordar años más tarde la pianista.
La banda también sería el ámbito que vería nacer el amor entre Leonor y Gelfo, quienes se casaron en 1945 dos años después de comenzar a tocar juntos. A la muerte de Marzano en 1961, continuaron con el legado del grupo sumando eventualmente a Eduardo, hijo de ambos.
El estallido del cuarteto de la mano de la Mona Jiménez
Mientras tanto, el cuarteto se convertía en furor con el nacimiento de nuevas bandas que buscaban seguir el camino de "la Leo". Así, en 1967, llegó a la escena el Cuarteto Berna en el cual cantaba un adolescente de apenas 15 años: Carlitos Jiménez, a quien todos ya llamaban "la Mona".
Durante las décadas del 70 y 80 se sumaron otras bandas de relieve. Carlitos "Pueblo" Rolán, quien supo ser cantante del Cuarteto Leo, se lanzó con gran éxito como solista, y aparecieron grupos como Chebere, y artistas como Sebastián y Pelusa.
Retirada de los escenarios desde 1971 -aunque continuaba grabando- Leonor murió en 1993 con el grupo aún en actividad luego de varios cambios de formación. Una estatua la honra en pleno centro de Córdoba: en ella puede vérsela en el lugar donde sin duda siempre se sintió más cómoda, sentada frente al piano.