Manu Mireles es activista y secretaria académica del Bachillerato Mocha Celis. Un espacio educativo centrado en acercar uno de los derechos más importantes para el colectivo LGBT y sobre todo para las personas travestis trans: el acceso a la educación.
En el marco de la segunda edición del Festival de Innovación y Tecnología Social (FITS), BigBang charló con la activista que contó por qué es importante hablar sobre cómo vive el colectivo que no está pegado a la heteronormatividad en el contexto de la virtualidad.
Manu cuenta que a menudo reciben en las redes sociales de la Mocha Celis comentarios de odio que después se traducen en ataques directos en las calles. No olvidamos que la activista recibió golpes e insultos en dos ocasiones en un lapso de dos semanas.
¿Qué pensás sobre el advenimiento de un candidato de ultraderecha como Javier Milei de cara al ballotage del 19 de noviembre?
-Lo que nos ha estado pasando en las organizaciones que trabajamos con derechos de la comunidad LGBTIQ+ particularmente organizaciones travesti- trans alrededor de las PASO, es reconocer que los discursos de odio han generado una avalancha inmensa de violencia. Digo esto porque a veces no se entienden las consecuencias concretas que tienen los discursos de odio como el discurso de Milei que cierran en términos de garantía de derechos.
Los feminismos, los derechos asociados a las disidencias genéricas son Derechos Humanos. Por eso, es muy importante que entendamos que sin las mujeres, sin la propuesta de los feminismos, sin la propuesta de las disidencias sexo genéricas, no hay Democracia posible. Entonces tener una ultraderecha que está alineada con intereses internacionales, con otros movimientos en la región, no podemos dejar de reconocer los movimientos antiderechos que han ocurrido en España, Italia, en los Estados Unidos, en Brasil por nombrar algunos.
Nos parece muy grave, porque atenta contra la estructura de la Democracia... Ser una persona que es candidata a Presidente y que no confía en la vocación de la Democracia para resolver y para garantizar el buen vivir de las personas, ya nos parece que es inaceptable: que los derechos de las mujeres y de las disidencias sexo genéricas se plebisciten cuando viene un gobierno de ultraderecha es inaceptable.
En el Mocha Celis, ¿les han afectado los discursos de odio en el día a día?
- Sí, nos ha afectado muchísimo en redes sociales, ahora cada vez más hay personas que directamente generan muchísimas matrices de odio, no solamente en redes sociales: han vandalizado una baldosa por los 30.000 desaparecidos en la Dictadura en la puerta de la Mocha, han roto las ventanas de la escuela.
Han subido muchísimo los casos de acoso y abuso. De hecho a mí me agredieron en las últimas semanas dos veces y una entrevista que di en la Televisión Pública hace unas semanas, al día siguiente me desperté y tenía literal 16.000 comentarios de odio. Yo recibo el día no menos de 30 amenazas por mis redes sociales personales, siendo parte de la conducción de la Mocha Celis.
Para nosotres vivir con miedo no es una opción, para nosotres vivir este con el nivel de atraso que supone la negación de nuestra experiencia, de nuestra vida, de nuestra identidad, no es una opción. Pero sin duda es muy desafiante tener que volver a explicar cosas que ya estaban saldadas, la Democracia ya saldó un montón de deudas: no podemos volver a discutir ni la Ley de Identidad de Género, ni el Matrimonio Igualitario, ni la Ley de Cupo de Inclusión Laboral Travesti-trans, ni la Ley de Educación Sexual Integral y mucho menos la Ley de Interrupción Asistida del embarazo.
No existe posibilidad y además nos pareció inaceptable que no se entienda el peligro que supone en la vida cotidiana y en el día a día que existan estos discursos de odio de ultraderecha.
¿Cómo se puede contrarrestar los discursos de odio?
-Yo creo que es muy importante que comprendamos que las mujeres, las disidencias sexo genéricas, que todas las personas que hemos estado sub-representadas en la política tenemos una voz valiosa.
Lo primero es reconocer que tenemos la posibilidad y que tenemos el derecho de hablar de economía, no del género o de los baños o de los pronombres únicamente. Los feminismos y los movimientos de la diversidad sexual hemos demostrado que sabemos hacer política desde la ternura, desde el amor, desde el abrazo y en comunidad. Somos el mejor ejemplo que existe en el mundo de lo que significa vivir la política desde un lugar de construcción colectiva.
Para mí el FITS llega en el momento que más lo necesitamos. Está siendo ahora un abrazo, un mimo para nuestra comunidad y para garantizar un Estado que tenga una profunda responsabilidad, reconocer que podamos este tener espacios de reflexión sobre la Justicia Social, sobre la equidad, sobre la inclusión es una oportunidad no solamente para pensar el ahora, sino para pensar el futuro. Estoy viendo que muchas personas estábamos necesitando tener un espacio de reflexión, de cuidado, de abrigo para pensar colectivamente formas efectivas y profundas vivir la Democracia.