María Susana es un pueblo de cuatro mil habitantes, tiene 322 kilómetros cuadrados y queda en la provincia de Santa Fe, cerca del límite con Córdoba. Tiene el 90 por ciento del casco urbano bajo el agua y corre serio riesgo de desaparecer a causa de las inundaciones que sufre en forma periódica.
“Si llueven 100 milímetros más, algo muy posible, María Susana desaparece -advirtió el intendente, Norberto Antici
María Susana tiene cuatro mil habitantes y queda a 180 km. de Rosario.
El problema histórico que arrastra María Susana es que recibe caudal de agua de dos pueblos vecinos, Bouquet y Piamonte. En estas localidades vecinas llovieron 200 mm de agua, que escurrieron hacia tierras bajas. Por ese motivo, sólo hay un 10 por ciento de terreno que seco. Y allí se concentran los evacuados, en el Club Atlético Susanense.
En el pueblo hay cien personas evacuadas.
En agosto, el intendente comunal, Norberto Antici había declarado en diálogo con radio Vorterix: “María Susana es un lindo pueblo y desgraciadamente está en un lugar geográficamente complicado, en una parte muy baja que no sólo recibimos agua de nuestra localidad, sino de los pueblos vecinos porque estamos en un nivel mucho más bajo, por eso digo que si llueven 100 milímetros más, algo muy posible, María Susana desaparece por lo problemas con el agua que tiene".
María Susana recibe agua de desagüe de dos pueblos vecinos.
Pero no todas son malas noticias para los habitantes susanenses. El diario La Capital reproduce declaraciones del intendente: “Si bien estamos atravesando horas muy difíciles, la confirmación por parte de Miguel (Lifschitz, gobernador de la provincia) de que mañana mismo empezaremos con las obras necesarias para evitar futuras inundaciones nos trae algo de tranquilidad y la esperanza de que esta sea la última vez". Lifschitz estuvo esta mañana en el lugar, llegó en helicóptero y prometió obras inmediatas.
El intendente de Santa Fe, Miguel Lifschitz, prometió obras inmediatas.
Si bien hay 100 evacuados, la cantidad debiera ser mayor. Sucede que la gente se resiste a dejar sus casas y sus pertenencias. Se vieron bolsas de arena en las puertas para atajar el ingreso del agua. Acostumbrados a darle batalla a las inundaciones, los habitantes de María Susana conviven con la incertidumbre de no saber si su pueblo desaparecerá bajo el agua.