Con la aprobación en la Cámara de Diputados del proyecto de ley que permite el uso del aceite de cannabis medicinal para el tratamiento de patologías se abre un debate más amplio, que refiere al monocultivo.
Se aprobó por mayoría y pasa al Senado.
Ese item, solicitado por varias agrupaciones y Ongs no fue contemplado en la norma, aunque eufemísticamente establece un marco regulatorio para la investigación médica y científica de la planta y sus derivados.
Se fabricará en el país sin fecha cierta.
La iniciativa crea en el ámbito del ministerio de Salud un registro nacional voluntario de pacientes y familiares cuyas patologías requieren aceite de cáñamo y derivados de cannabis.
La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat), dependiente de la cartera sanitaria, permitirá la importación de aceite de cannabis, en forma gratuita, requerido por pacientes con patologías contempladas en el programa y con indicación médica.
El aceite de cannabis se utiliza para el tratamiento de la epilepsia refractaria, dolores crónicos y fibromialgías principalmente, pero también puede complementar otros tratamientos médicos.
Una botellita de 100 ml de este aceite cuesta alrededor de 250 dólares y la duración es de aproximadamente tres meses, aunque varía dependiendo de la dosis que se suministre.
Alrededor de un 30 % de los pacientes con epilepsia no responden al tratamiento con fármacos y no son candidatos al tratamiento quirúrgico, por lo que el aceite y su componente básico, el cannabidiol, es fundamental. Su eficacia está probada.
La autoridad de aplicación deberá garantizar el suministro del aceite de cannabis hasta que se empiece a fabricar en el país.
El 23 de septiembre el gobierno de Chubut promulgó la ley que incorporó al vademecum de la salud pública provincial el aceite de cannabis para tratamiento de la epilepsia, por lo que dispuso su provisión en los hospitales públicos.
La plantita propia
La ONG Mamá Cultiva firmó un documento reclamando el autocultivo y el cultivo cooperativo y solidario argumentando que "solo en manos de los usuarios garantizan la existencia de una red de salud pública que no depende de la industria farmacéutica y su concepción mercantilista de la medicina, apuntalando el derecho a la salud como bien social y humanitario".
Reclaman que se permita el autocultivo.
El frente Cambiemos no aceptó un pedido para que se permita el autocultivo de la planta de marihuana, como proponía el Frente para la Victoria-PJ. La diputada Carolina Gaillard (FPV-PJ) justificó esa posición al destacar que se trata "de un tema de salud, ni de drogas ni de adicciones". Y puntualizó que al no permitirse cultivo de cannabis las madres que lo hagan para asistir a sus hijos pueden recibir "penas de 4 a 15 años de prisión"
Objeción de agrónomo
El diputado Felipe Solá (FR) propuso una "transición", en la que los inscriptos en el Registro que al momento de sancionarse la ley estuvieren utilizando derivados de Cannabis sativa con fines terapéuticos podrán, continuar con ese uso privado hasta que el Estado les suministre el aceite.
Solá, ingeniero agrónomo de profesión, compartió la duda que le genera la posibilidad del autocultivo de cannabis y reconoció como una preocupación que la marihuana "pase a ser un cultivo más en la Argentina", al advertir que "es imposible detectarlo, porque se lo rodea de soja o maíz. Es así".
El oficialismo rechazó esa propuesta, por lo que