No hay evidencia científica de que el martes 13 sea un día malo, pero el poder de la frase "creer o reventar" sigue vigente, pese al paso del tiempo y al avance tecnológico.
El martes 13 es considerado un día de mala onda por dos razones. En la mitología romana, Martes, era el dios de la guerra, hijo de Júpiter en forma de flor y de Juno. Se le representaba como a un guerrero con armadura y con un yelmo encrestado, y se consideraba que mataba por matar.
A esto, la otra razón por la que se considera un día complejo es que el 13 es un número imperfecto. Por ejemplo, el 12 que es un número par, que se utiliza en los 12 meses, 12 signos, 12 horas, entre otros usos. Antes, el 13 se utilizaba al tomar como parámetro las 13 lunas. Pero se dejó de lado cuando se determinó que lo que regía era el Sol y se utilizó desde ese momento el 12.
"Hoy es un día para eliminar la mala onda. Se recomienda estar cerca del mar o bien utilizar fragancias marinas para renovar los ambientes y mejorar el clima", explica Jimena Latorre a BigBang.
También a Judas se lo considera el número 13 por ser el traidor. Además, es en el capítulo 13 del Apocalipsis donde se habla de la bestia de siete cabezas.
Entre los hechos más desafortunados que hayan sucedido un martes 13, se puede citar una de las tragedias ocurridas en el Tren Sarmiento, en la estación Flores, cuando un colectivo cruzó las vías evitando la barrera baja y una formación lo impactó. Once personas murieron y 212 resultaron heridas. También, en Inglaterra, el 13 de octubre de 2017 se generó un incendio que arrasó un edificio de viviendas sociales de 24 pisos en Londres. En total 12 personas murieron y 75 resultaron heridos.
"Las tragedias ocurren porque son descuido del hombre. Lo importantes es no sugestionarse, pero sí estar atentos. Hay que evitar situaciones en donde se tenga que involucrar la parte afectiva. Por eso la frase "no te cases y no te embarques", concluye Latorre. Sobre esto último, se hace referencia a que hoy no es un día para conducirse sin rumbo. Lo prudente sería evitar lo azaroso.