Los dolores de cabeza para Boca siguen en aumento, luego de Cristian Pavón fuera imputado el lunes por el presunto delito de "abuso sexual con acceso carnal". Y es que además, en las últimas horas, el futbolista Nahuel Zárate -que actualmente milita en Güemes de Santiago del Estero- podría regresar a prisión a pedido de la querella que representa a familiares de una de las personas que murieron en un accidente de tránsito que involucró al ex jugador de Boca en el año 2018.
El próximo 5 de agosto, Zárate - que está acusado de homicidio culposo por un accidente de tránsito ocurrido en la Avenida General Paz cuando transitaba a 191 kilómetros por hora en un VW Sirocco- enfrentará a un tribunal oral. Mientras tanto, la querella lo acusa de incumplir las condiciones de excarcelación que le fueron impuestas por la Sala I de la Cámara del Crimen cuando decidió liberarlo.
Por esta razón, el abogado Gabriel Iezzi pidió su detención y que se dé aviso a la Dirección de Migraciones para que el acusado no salga del país en virtud de la proximidad del inicio del juicio oral. El accidente ocurrió durante la madrugada del 9 de septiembre de 2018 en la avenida General Paz (sentido a Liniers) y dejó como saldo la muerte de los dos hombres que viajaban en el taxi que fue brutalmente impactado por el futbolista.
Por aquel entonces, el defensor se negó a someterse al test de alcoholemia luego de la tragedia y siete horas después, se le extrajo sangre: le detectaron 0,9 gramos de alcohol por litro de sangre, lo que les permite inferir a los investigadores que estaba fuertemente alcoholizado en el momento del impacto.
Además de la alta velocidad, los peritos determinaron que Zárate estaba usando el teléfono mientras conducía: “Recién agarré Dellepiane, en 15 minutos estoy”, decía el mensaje de audio que en envió a un amigo segundos antes del impacto. Tras la muerte de Néstor Francisco Mormandi (54 años) y Norberto Rodolfo Brienza (55), que viajaban en el taxi. el jugador estuvo detenido 23 días por el accidente fatal.
El futbolista ya había sido protagonista de otro incidente con su auto. El 19 de junio de 2017 embistió varios tambores de 200 litros pintados de naranja que señalizaban un obrador en la avenida 27 de febrero, rumbo a Puente La Noria. Transitaba a alta velocidad y se le detectó una graduación alcohólica de 1,34 gramos por litro de sangre. No fue procesado porque ninguno de sus amigos -que viajaban con él en el auto- denunciaron el hecho.
Imputan a Pavón por "abuso sexual" en Córdoba
La Justicia de Córdoba imputó el lunes por el presunto delito de "abuso sexual con acceso carnal" al futbolista de Boca, que deberá presentarse a indagatoria el martes 23 de marzo. La resolución judicial fue emitida por el fiscal de Instrucción de la ciudad cordobesa de Alta Gracia, Alejandro Peralta Otonello, quien también dispuso que el deportista no podrá salir del país sin autorización judicial.
La instrucción de la causa se inició el 25 de noviembre del año pasado, cuando la joven Gisela Marisol Doyle denunció ante la justicia que el 1 de noviembre de 2019 fue “acosada y sometida sexualmente” por el futbolista durante un fiesta que se celebraba en la localidad de Anisacate, a unos 50 kilómetros de la capital de Córdoba, de donde es oriundo Pavón.
Pavón había negado los hechos y se puso voluntariamente a disposición de la Justicia, pero como aún no había imputación y faltaba reunir pruebas, no se le tomó declaración, mientras que él denunció a la acusadora por "extorsión". El 23 de marzo, a las 10, el jugador deberá presentarse a declarar ante el fiscal Peralta Otonello y luego el funcionario judicial resolverá sobre su situación procesal.
Luego de conocerse la imputación, la denunciante Marisol Doyle aseguró: “Fue muy aberrante para mí todo lo que pasó, él abusó de mí. Yo concurrí a una fiesta donde se encontraba Pavón. Fui con un íntimo amigo de él y durante la noche me descompenso por haber tomado alcohol y haber consumido un cigarrillo de marihuana. Cuando fui al baño, Pavón entró, me acosó y abusó de mí".
Y agregó, en diálogo con TN: "Me tuvo encerrada una hora o más. Fue mucho tiempo y no lo podía creer. Fue muy aberrante para mí. Cuando logró su satisfacción se fue. No hubo agresión física, pero sí manoseos y empujones. No es que me agredió físicamente, pero se aprovechó de mi estado de vulnerabilidad. Yo estaba mareada, descompuesta, y él abusó de mí”.