Lucy tiene 29 años. Nació en Paraguay, pero vive en la Argentina desde hace cinco años. Es el país que eligió para formar su familia y para traer al mundo a su hija, Aylén. Después de dos meses de espera, el miércoles recibió la tarjeta alimentaria del Gobierno y organizó con una de sus mejores amigas -también beneficiaria del plan- para hacer las compras juntas. El desagradable momento que le hizo vivir la dueña de una carnicería de San Martín y su bronca: "Me hizo sentir horrible por ser paraguaya".
Todo sucedió en la cadena Narove, ubicada sobre la calle Granadero Fco. González. "Nos atendieron bien, hasta que llegamos a la caja. Primero pagó mi amiga y me di cuenta de que la cajera le estaba mostrando a su compañera el DNI. Le remarcaba que era extranjera", recuerda Lucy. Su amiga, que no estaba prestando atención, levantó la mirada. En efecto, ambas mujeres estaban analizando con demasiado detalle su cédula de identidad.
"Cuando me tocó pagar a mí, directamente me preguntó si era extranjera y si mi hija había nacido en Argentina. Cuando le dije que sí, me miró y me preguntó si además cobraba la Asignación Universal por hijo. Le volví a decir que sí, porque de hecho si no tenés el plan no te dan la tarjeta".
Lucy y su amiga van con frecuencia al local y conocen a los empleados. "Cuando iba y le pagaba con mi plata me sonreía y no me maltrataba. El problema fue cuando vio la tarjeta alimentaria. Supongo que piensa que por ser extranjera no me la tendrían que haber dado, no lo sé. Pero después me dio vergüenza volver a usarla, porque tenía miedo de que me pasara lo mismo en los otros locales. Fui a comprar carne, no juguetes o un perfume".
BigBang se comunicó con el local. La empleada negó la situación. "Hubo un problema con el posnet, pero en ningún momento se les cuestionó que usaran la tarjeta", explicó la mujer. Consultada sobre por qué le habían preguntado su nacionalidad, la de su hija y si percibía o no un plan, la cajera volvió a esquivar la responsabilidad: "No, no; no pasó eso. De hecho, no estoy en contra de que les den la tarjeta a extranjeros".
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A diferencia de lo que vivió en la carnicería Narove, el trato en la cadena de supermercados Día fue distinto. "No nos dijeron nada, pagamos lo más bien y nos volvimos para nuestras casas. Es más, aproveché y le compré cosas a mi hermana, que como tiene una nena de ocho años ya no le dan la tarjeta".Cuando quise pagar, me preguntaron si era extranjera, si mi hija había nacido acá y si cobraba la AUH"
"Nos maltratan mucho a los extranjeros, pero no a todos. Si sos inglés te reciben bien. El problema es con los paraguayos, los bolivianos, los peruanos y ahora también los venezolanos", destaca, al tiempo que aclara:"Cuando nos dieron la tarjeta, hubo una charla muy larga en la que nos explicaban cómo usarla bien para que podamos alimentar a los chicos, no sólo darles de comer. Nos trataron muy bien y pidieron que denunciáramos si veíamos irregularidades".
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La primera compra, más allá del mal momento que vivieron en el local de carne, fue una buena experiencia. "Hay muchos que se quejan y dicen que es poca la plata. Lo que yo les digo es que algo es algo. Todo suma. Cobro cuatro mil, pero es de seis mil si tenés más de un hijo. Aproveché y llevé carne, lácteos y legumbres".