Este jueves, Francia, Italia y Rusia se sumaron a Estados Unidos en el apoyo de la liberación de las patentes de las vacunas contra el coronavirus para ayudar a países de menores recursos a conseguir más dosis. Alemania, sin embargo, rechazó la iniciativa.
"Estoy completamente a favor de la liberación de la propiedad intelectual", expresó al respecto el presidente francés Emmanuel Macron. Sin embargo, advirtió que incluso con la exención de patentes, las compañías productoras de medicamentos de países como los de África no están equipadas para fabricar vacunas contra el coronavirus, por lo cual deberían seguir priorizándose las donaciones.
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Vladimir Putin, presidente de Rusia, también aseguró que su país "apoyaría una idea así". Desde Italia, el primer ministro Mario Draghi se sumó al respaldo señalando que "las vacunas son un bien común mundial" y que "incrementar su producción, garantizar su seguridad y derribar los obstáculos que limitan las campañas de vacunación es una prioridad".Sin embargo, Steffen Seibert, vocero de Angela Merkel, expresó el desacuerdo del gobierno alemán con la iniciativa. "Tiene importantes implicaciones para la producción de vacunas como un todo. La protección de la propiedad intelectual es una fuente de innovación y debe seguir así en el futuro", advirtió.
La industria farmacéutica global, mientras tanto, insiste en que una mejor solución sería que los países ricos donen a los más pobres las vacunas que tienen almacenadas. En ese sentido, remarcan como Macron que la producción de las vacunas es complicada y no puede aumentarse con una simple liberación de las leyes de propiedad intelectual.
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"Una exención es una respuesta simple pero equivocada a esta situación compleja", dijo en un comunicado la Federación Internacional de la Industria Farmacéutica (Ifpma). "No incrementará la producción de vacunas y no aportará las soluciones prácticas necesarias para combatir esta crisis sanitaria global".Albert Bourla, presidente de Pfizer, fue más allá declarando su abierto rechazo a la propuesta apoyada por Estados Unidos para suspender temporalmente las patentes. A cambio sugirió acelerar su producción en las plantas ya existentes.