31 Enero de 2017 21:19
A un mes de su absolución, Carlos Carrascosa volvió a vivir en el country Carmel de Pilar donde en 2002 fue asesinada su esposa María Marta García Belsunce.
El viudo de regreso a El Carmel.
Fuentes judiciales revelaron que después de que en diciembre el Tribunal de Casación Penal bonaerense lo absolviera por el homicidio de su esposa y le quitara la tobillera electrónica, Carrascosa abandonó la casa de unos amigos en Luján donde estaba con prisión domiciliaria y decidió regresar a Carmel.
Por ahora no se instalará en el imponente chalet: irá al de un amigo vecino.
Pero el viudo no se instaló en el chalet de dos plantas donde asesinaron de seis balazos en la cabeza a su mujer -ya que la casa está alquilada-, sino que se fue a vivir a la casa de otros amigos y vecinos.
Contrareloj
Mientras, un equipo de tres fiscales y cuatro funcionarios judiciales tiene nueve meses para investigar e identificar a los autores del crimen antes de que la causa prescriba y el homicidio quede impune.
El crimen de María Marta puede quedar impune.
El 27 de octubre de 2017 se cumplirán 15 años del crimen, fecha en la que prescribirá la causa penal en caso de no hallar ningún nuevo imputado. Por ello, la Fiscalía General de San Isidro dispuso armar un equipo especial de fiscales e instructores judiciales para que intenten esclarecer el caso.
“Mi absolución es un hecho de justicia. Quiero saber quién mató a María y morirme en paz. Es mi único y último objetivo de mi vida”, dijo Carrascosa a Télam.
Otra vez carrascosa es habitante del country.
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El equipo de investigadores está encabezado por tres fiscales, Leonardo Loiterstein, Andrés Quintana y María Inés Domínguez que echarán mano a un expediente que tiene 37 cuerpos y 7.400 fojas. Loiterstein y Quintana son los actuales fiscales de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 2 de Pilar, la fiscalía original del caso, mientras que Domínguez se suma desde la UFI 3 del mismo distrito.
Loiterstein es el único que ya tuvo contacto con el caso García Belsunce ya que fue uno de los tres fiscales que participó en 2011 del juicio oral en el que terminaron condenados tres familiares, un vecino y un médico por encubrimiento agravado, fallo que está apelado y en revisión.
Si bien el propio viudo pidió a sus abogado ingresar ahora al expediente como particular damnificado, la causa residual que quedó en la UFI 2 tiene en ese rol a María Laura García Belsunce, hermana de María Marta, y siempre defendieron la inocencia de Carrascosa.
Misterio
La hipótesis histórica del marido y la familia de María Marta es que el caso fue un homicidio en ocasión de robo en el que la socióloga fue ejecutada a balazos cuando regresó a su casa y se encontró con ladrones.
Una imagen del pasado. Una pareja, un crimen y muchas dudas.
La familia siempre apuntó sus sospechas contra los vigiladores y el por entonces vecino del country Nicolás Pachelo, quien nunca llegó a ser imputado y sólo fue citado como testigo.
En la causa existen tres perfiles de ADN de dos hombres y una mujer, hallados en pequeñas muestras de sangre recolectadas en la escena del crimen, que hacen inferir a los investigadores que María Marta llegó a defenderse del ataque y lastimó a sus asesinos.
Esos perfiles genéticos no pertenecen a la víctima, ni al viudo, ni a ninguno de los otros imputados, familiares, allegados y sospechosos que tuvo la causa y, a lo largo de estos años, todavía no tienen nombre ni apellido.
También hay una huella palmar parcial con tres dedos que quedó marcada en la pared del primer descanso de la escalera que sube a la planta alta del chalet donde María Marta fue asesinada, a la que nunca pudieron darle identidad.
La historia
María Marta García Belsunce (50) fue hallada muerta el 27 de octubre de 2002 en su chalet del country Carmel de Pilar, con medio cuerpo semisumergido en la bañera y su marido declaró siempre que él pensó que había sufrido un "accidente" y se había golpeado la cabeza con una viga y las canillas.
La autopsia practicada a 36 días del hecho comprobó que había sido asesinada de seis balazos en el cráneo, cinco de los cuales penetraron y el sexto -"el pituto"- que le rebotó, disparados con un revólver calibre .38 largo que nunca apareció.
En un primer juicio, el viudo fue condenado en 2007 sólo por el "encubrimiento" y absuelto por el homicidio, pero en 2009 el Tribunal de Casación lo condenó directamente a prisión perpetua como autor del crimen de su esposa.
En 2014, gracias a una apelación de su defensa, la Corte Suprema de Justicia de la Nación ordenó la revisión del fallo condenatorio y así fue que el 20 de diciembre pasado Casación decidió absolver al viudo y ordenó investigar la actuación del fiscal original del caso, Diego Molina Pico.