El cigarrillo es el método más común de consumo de tabaco en el mundo. Tal es así que, actualmente existen cerca de 1.300 millones de fumadores según la Organización Mundial de la Salud y lo que realmente preocupa es que cada año mata a más de 5 millones de personas.
Pese a que esa cifra es alarmante, hoy la atención también está puesta sobre los 100.000 jóvenes menores de 18 años que todos los días comienzan a fumar.
Todos los días se inician en el tabaquismo 100.000 jóvenes en todo el mundo.
En la mayoría de los países del mundo la reducción de la cantidad de fumadores es una política de estado. Para ello instrumentan acciones que van desde altos impuestos hasta normativas de restricción e información publicitaria.
Pero dejar de fumar no es algo que mayormente pueda hacerse de un día para el otro. No al menos en la mayoría de los casos. Chicles, caramelos, parches y hasta medicamentos son algunas de las variantes más comunes a las que recurren quienes intentan dejar el cigarrillo.
Las pastillas y chicles para dejar de fumar son las opciones más tradicionales.
Impulsada por la necesidad de sus clientes y por las restricciones que hoy debe enfrentar, la industria tabacalera comenzó a reconvertir su modelo de negocio para ofrecer alternativas, que hasta ahora parecen ser menos dañinas que fumar un cigarrillo.
Apoyados en la gran variedad de estudios que en los últimos años demostraron que si bien la nicotina es un estimulante que genera adicción y que no es cancerígena en sí misma, los productores de cigarrillos desarrollaron dispositivos y plataformas electrónicas que permiten acceder al placer que ésta genera de un modo menos nocivo.
Los dispositivos electrónicos, una opción para quienes quieren dejar de fumar.
La investigadora científica de Philips Morris Internacional (PMI) Gizelle Baker señaló, durante el Foro Global sobre Nicotina (GFN) realizado recientemente en Polonia que es la combustión, no la nicotina, lo que genera los tóxicos relacionados a las enfermedades derivadas del cigarrillo.
Por ello, aunque hay diversas formas de consumir nicotina, son las diversas plataformas electrónicas existentes las más recomendadas para suplir la nocividad de los cigarrillos.
¿Cuáles son los dispositivos electrónicos para dejar de fumar?
Los fumadores que quieren dejar de serlo, buscan alternativas que puedan causarle un placer similar al del cigarrillo o que al menos pueda bajar la ansiedad que le provoca el renunciar a esa adicción. Las necesidades son tan diversas como tipo de fumadores existen, razón por la cual la industria tabacalera se enfrenta no sólo a satisfacer a ese consumidor, sino también a no perder rentabilidad en este "nuevo negocio".
Iqos es uno de los productos de gran aceptación en el mundo.
La plataforma estrella de PMI es el Iqos. Se trata de una lámina controlada electrónicamente que calienta precisamente una barra de tabaco por debajo de los 350°C de temperatura. Con este dispositivo la experiencia o "vaping" dura 6 minutos o 14 inhalaciones, un tiempo similar al de fumar un cigarrillo. Pero al no haber combustión en IQOS, la toxicidad se reduce significativamente.
Por otro lado, la empresa de origen norteamericano también ofrece Teeps, un producto por el cual el tabaco se calienta con Carbono.Es ni más ni menos que una fuente calorífica de punta de carbono que calienta precisamente el tabaco a una temperatura similar a la de Iqos.
En su portfolio también cuenta con Steem, un sistema de administración de Nicotina, en el que la nicotina reacciona con un ácido orgánico débil para generar una sal de nicotina respirable.
Además PMI también cuenta con los tradicionales productos electrónicos de vapor o cigarrillos electrónicos, que son dispositivos que funcionan con batería que vaporizan una solución líquida de nicotina.
El Vype es el producto estrella de British American Tobacco.
Por su parte, su gran competidor en la industria que es British American Tobacco desarrolló Vype, un cigarrillo electrónico con 95% menos componentes tóxicos que el humo de cigarrillo y una amplia gama de sabores que hacen que su implementación sea más asequible.
Los expertos en el GFN sostuvieron que no existe una plataforma más saludable que otra, todo depende del uso que haga el individuo.
“Todo el mundo está confundido entre los efectos adversos de fumar y la nicotina. Es un gran error pensar que fumar genera muertes por la nicotina. Nadie muere por ella y tampoco está clasificada como cancerígena”, sostiene el cardiólogo Konstantinos Farsalinos, integrante del Centro Onassis de Cirugía Cardiaca en Atenas, Grecia. “Hace 24 años sabíamos que la nicotina era lo que producía la adicción, pero nadie murió por ella, sino por la combustión”, dice el médico que hace siete años decidió probar con el cigarrillo electrónico. "Nunca había logrado dejar de fumar y desde ese momento, dejé el paquete de cigarrillos en mi casa", explica apuntando a su vapeador.
Permisos y prohibiciones
En algunos países, el vaping está completamente prohibido. En otros, las restricciones sobre la publicidad y el uso del lugar público son las mismas que regulan el tabaquismo y sus diferentes enfoques de la regulación de la nicotina se basan en el "principio de precaución".
En los países en los que está permitido, la comercialización tiene las mismas restricciones que los cigarrillos.
En la Argentina, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) prohibió en 2011 su importación, venta, comercialización y publicidad, disposición que también se extiende a todo tipo de accesorios y cartuchos que contengan nicotina.
Este dictamen se basa en que, según para el ANMAT, "no existe suficiente evidencia científica que demuestre que se trata de un producto que ayude realmente a dejar de fumar y que es confiable para el consumo humano sin generar daños en la salud".
"Si realmente quieren que el consumo de cigarrillos disminuya, los cigarrillos electrónicos pueden jugar un rol importante", explica a BigBang el profesor norteamericano David Levy que actualmente supervisa el modelo de simulación para el control del tabaco denominado SimSmoke. "Si le proporcionas a la gente un buen sustituto del cigarrillo con las políticas de control de tabaco, que Argentina y Uruguay han hecho de modo tan exitoso, pueden ser potencialmente más efectivas”.
El remplazo podría beneficiar la reducción del tabaquismo.
Los seguidores de esta filosofía son cautelosos y más allá de ver en el vaping una posibilidad de disminuir el tabaquismo continúan con estudios científicos a largo plazo que evalúan el impacto en la salud.
Desde Philip Morris Argentina afirman que “cinco millones de fumadores ya se cambiaron a Iqos y la tasa de conversión es de 10.000 personas por día. El producto ya se comercializa en 41 países, entre ellos Canadá y Colombia, en países europeos como Alemania, Italia, Suiza, España, Reino Unido, Ucrania e Israel y en Asia, en Japón (donde la aceptación es muy alta) y Corea”.
“Los gobiernos deberían dejar claro que si la gente se cambia de cigarrillos a cigarrillos electrónicos van a tener mejor salud y vamos a tener cambios mayores. Lo desafortunado es que ningún país quiere ser el primero en hacerlo porque el mundo es diferente del pasado y eso en muchos sentidos genera inacción”, señala Levy. “Si se permite el uso de cigarrillos electrónicos habrá un gran potencial para que el consumo de cigarrillos baje rápidamente”, concluye.