A un mes de la peor noticia. El 28 de febrero, mientras las familias de Marina Menegazzo (21) y María José Coni (22) intensificaban la búsqueda desde la Argentina, el ministro del Interior ecuatoriano, José Serrano Salgado, anunció el dramático desenlace: habían encontrado en Montañita los dos cuerpos de las mendocinas quienes, por ese entonces, llevaban seis días desaparecidas.
Los cuerpos de Marina y María José permanecen en Ecuador a la espera de los resultados de los peritos.
Pero esa no fue toda la verdad. Ese domingo, el único cuerpo que se encontró fue el de Marina. El de su María José había sido hallado tres días antes por un turista, pero esa información nunca trascendió. Aunque días después la Fiscalía General reconoció que los cadáveres, que estaban a sólo 40 metros de distancia, fueron descubiertos con días de diferencia, poco se sabe del primer encuentro.
[EXCLUSIVO] El acta del levantamiento del cuerpo de María José.
BigBang tuvo acceso al acta del levantamiento del cadáver de María José, que tuvo lugar el 25 de febrero a las seis de la tarde. Según consta en el documento oficial que forma parte del expediente, el hombre que encontró a Coni se llama Juan Carlos P.C. y se encontraba disfrutando del mar.
“El hombre manifestó que se encontraba bañando en la playa y que ha caminado a los matorrales a hacer sus necesidades biológicas encontrando una persona en los arbustos, metida en un saco y en una funda (bolsa) de color negra”, relata la documentación.
Gladys Steffani, madre de "Majo", viajó a Ecuador y permanece allí para seguir de cerca la causa.
Tras el morboso hallazgo, que tuvo lugar en el matorral “frente a los tanques amarillos” Juan Carlos se dirigió hacia las autoridades lugareñas y reportó lo sucedido. Cinco horas más tarde, el cuerpo fue entregado a Orlando Javier Tomala, quien se encontraba de guardia en la morgue. Permaneció allí como NN hasta el domingo.
Avance de la investigación
Después de que la Fiscalía General de Ecuador accediera al pedido de las familias de las mendocinas asesinadas en Montañita de revisar por completo el expediente de la causa, fuentes vinculadas al caso le confirmaron a BigBang que los análisis toxicológicos practicados sobre los cuerpo dieron positivos. Encontraron restos de burundanga, la droga que “mata la voluntad”.
María José Coni (22) y Marina Menegazzo (21) fueron asesinadas el 22 de febrero en Montañita, Ecuador.
Los estudios fueron realizados el jueves 10 de marzo y, aunque los resultados todavía no fueron presentados ante la fiscal, María Coloma, las partes de la causa confirmaron que, tal como lo sospechaban las familias de las víctimas, las mochileras argentinas se encontraban bajo los efectos de la escopolamina al momento de morir.
"En Ecuador es muy frecuente el uso de diferentes drogas como el opio, la escopolamina. Son barbitúricos que no necesariamente son de consumo consensuado y que se utilizan para influenciar la voluntad de las personas
Alberto Segundo Mina Ponce (33) y Aurelio Eduardo Rodríguez (39), detenidos e imputados por el doble crimen.
“Lo único que puedo decir respecto a ese tema es que todavía los resultados no fueron presentados de manera oficial, por lo que no puedo pronunciarme”, aclaró a BigBang Hernán Ulloa Ordóñez, abogado de los Menegazzo y Coni. “Sin embargo, puedo confirmar que ya se tomaron muestras en diferentes partes de los cuerpos de las chicas con el fin de determinar si había droga o no en su organismo”, sumó.
"Todo crimen tiene un móvil. En este caso, lo que hasta ahora reflejan los documentos procesales, es que se trató de un móvil de índole sexual
Los familiares permanecen en Ecuador y participaron el viernes de un ritual surfer de despedida en Montañita.
La presencia del barbitúrico en los cuerpos de las jóvenes confirma la línea de investigación que sigue la familia: que es sexual el móvil detrás del asesinato que tuvo lugar el 22 de febrero. “Todo crimen tiene un móvil. En este caso, lo que hasta ahora reflejan los documentos procesales, es que se trató de un móvil de índole sexual. Fueron muertes muy violentas”, insistió el letrado, antes de reconocer: “En Ecuador es muy frecuente el uso de diferentes drogas como el opio, la escopolamina. Son barbitúricos que no necesariamente son de consumo consensuado y que se utilizan para influenciar la voluntad de las personas”.
Segunda autopsia y repatriación demorada
En los últimos días, la Fiscalía General de Ecuador accedió al pedido que realizó la defensa de las víctimas una revisión completa del caso. “Nos reunimos con la fiscal y le indicamos nuestras dudas referidas a los aspectos técnicos de la investigación. Solicitamos una revisión que permita ratificar las pericias que fueron bien hechas, rectificar los errores en caso de existir alguno y ampliar algunos aspectos que consideramos no fueron tomados en cuenta”, precisó Ulloa Ordóñez.
La familia quiere revisar la investigación desde el momento en el que fueron encontrados los cuerpos.
"Solicitamos una revisión que permita ratificar las pericias que fueron bien hechas, rectificar los errores en caso de existir alguno y ampliar algunos aspectos que consideramos no fueron tomados en cuenta
La fiscal tomó nota y dio lugar a 200 nuevas diligencias. La principal: la realización de una segunda autopsia que tuvo lugar el martes en la ciudad de Cuenca. “La nueva necropsia tuvo lugar en un laboratorio especializado que cuenta con los medios científicos más avanzados para llevar adelante este tipo de pericias. Estamos a la espera de los resultados”, confirmó.
Los cuerpos de las chicas fueron sometidos el martes a una segunda autopsia en la ciudad de Cuenca.
"La nueva necropsia tuvo lugar en un laboratorio especializado que cuenta con los medios científicos más avanzados para llevar adelante este tipo de pericias
Aunque el letrado se negó a explicar el motivo por el cual desconfían de los datos arrojados por la primera autopsia realizada en la morgue de Guayaquil, fuentes vinculadas a la investigación le aseguraron a BigBang que las irregularidades que presenta el informe son llamativas. El horario de la muerte, por ejemplo, habría sido determinado casi “a ojo” y no a través de los mecanismos científicos que permiten establecerlo con precisión.
"Hasta que el equipo argentino no haga entrega de sus resultados los cuerpos no pueden dejar Ecuador
La realización de las nuevas pericias y la demora de los peritos argentinos que viajaron para realizar los estudios de ADN hicieron que se demorara el regreso de los cuerpos al país, que iba a tener lugar el sábado según las estimaciones de Gladys Steffani, madre de María José. "Hasta que el equipo argentino no haga entrega de sus resultados los cuerpos no pueden dejar Ecuador", precisó el abogado.
La revisión del expediente suma, además, nuevos peritajes tecnológicos. “La fiscal solicitó una nueva explotación de los teléfonos celulares de los detenidos, de los testigos y de las chicas. Qué llamadas fueron realizadas, qué mensajes de texto se enviaron, contenidos multimedia. Se analizará absolutamente todo”, anticipó.
"Los celulares están en manos de la Policía, junto con las prendas y objetos de las chicas. De hecho, se hizo una diligencia para que las familias pudieran hacer el viernes pasado un reconocimiento de lo encontrado
La familia pudo hacer un reconocimiento de los objetos personales de las chicas.
Aunque en un principio se dijo que la Policía había podido recuperar sólo uno de los celulares de las chicas, Ulloa Ordóñez aclaró que se encuentran en poder de las autoridades. “Están en manos de la Policía, junto con las prendas y objetos de las chicas. De hecho, se hizo una diligencia para que las familias pudieran hacer el viernes pasado un reconocimiento de lo encontrado. Eso es lo que permite ubicarlas en la escena”. Sin embargo, todavía falta la mochila de María José.
"La velocidad con la que se intentó resolver el caso le quitó credibilidad a la investigación
La casa de Mina Ponce fue, según la investigación, el lugar en el que fueron asesinadas las turistas.
Por último, las revisión de la fiscal incluye, además, una ampliación en las declaraciones que fueron tomadas al comienzo de la investigación. “Han entrevistado a varias personas que aportaron nuevos detalles de ese día y pruebas vinculadas al hecho. Nadie se preguntó, por ejemplo, en dónde están con las mochilas y qué pasó con las pertenencias de las chicas. Son detalles que pueden parecer poco importantes, pero son de gran relevancia porque permiten, a futuro, desbaratar una coartada”.
La declaración que la familia busca ampliar
Testimonio clave. Los días posteriores al hallazgo de los cuerpos de Marina Menegazzo (21) y María José Coni (22), diversos testigos aseguraron que vieron a las turistas mendocinas acompañadas por dos hombres misteriosos. BigBang tuvo acceso a la declaración judicial que brindó uno de ellos y que fue incorporado al expediente de la causa. “(El día de su muerte) las vi fumando marihuana con un caballero”.
"A las chicas las conocí el 26 de enero en la playa
[EXCLUSIVO] La fotocopia del DNI del testigo que figura en el expediente de la causa.
El turista argentino, identificado como Carlos P. de 29 años, fue señalado por Cecibel Neira (la dueña de JN, el hostel en el que se hospedaron las mochileras en su segunda visita a la ciudad) como uno de los hombres que más frecuentaban las chicas. La Policía local tomó cartas en el asunto y le tomó declaración el mismo domingo en el que se encontró el cuerpo de Marina. La citación tuvo lugar en la parroquia de Manglaralto frente al por entonces fiscal de la causa, Eduardo Gallardo Rodas.
[EXCLUSIVO] La primera foja de la declaración del testigo, según consta en el expediente.
Las chicas junto al grupo de chilenos con el que compartieron sus últimos días en la ciudad.
“Llegué a Ecuador el 25 de enero de 2016 en calidad de turista. Éramos un grupo de cuatro chicos. Empezamos a hacer empanadas para vender en la playa. Dos fueron a venderlas y con un amigo nos quedamos cocinando. Luego, cuando salimos a vender nosotros, nos encontramos con nuestros amigos, que estaban hablando con las chicas. Esto fue el 26 de enero”, comienza la declaración.
[EXCLUSIVO] La segunda foja de la declaración del testigo, según consta en el expediente.
Según el hasta ahora misterioso testigo, por ese entonces Marina y María José todavía se encontraban junto a sus otras compañeras de viaje, Sofía Sarmiento y Agustina Cano. El grupo se dividió recién el 10 de febrero en la ciudad de Cuenca, el mismo día en el que las mendocinas regresaron a Montañita y sus amigas emprendieron el regreso a Mendoza.
"Esa noche (en la que conoció a las cuatro amigas mendocinas) pactamos para comer pizzas en el hostal Bachita, que es donde estábamos hospedados. Luego de comer, fuimos hasta su hostal
María José y Marina se despidieron de Sofía y Agustina el 10 de febrero en Cuenca. "Nos vemos a la vuelta, amiguitas", les dedicó Majo.
“Yo conocí al grupo de las cuatro chicas. Esa noche pactamos para comer pizzas en el hostal Bachita, que es donde estábamos hospedados. Luego de comer, fuimos hasta su hostal, Rivera, ubicado en el barrio de Tigrillo. Tomamos unos tragos y con mis amigos nos fuimos. De ahí, no las vi más porque ellas esa noche nos dijeron que se irían a Baños o a las playas del norte, no recuerdo”, relató.
"(El domingo 21) las vi en la playa contemplando el atardecer. Ellas me dijeron para vernos por las calles de los cocktails (el centro), pero no pactamos horario
El testigo se encontró con las chicas el 21 de febrero al atardecer en la playa. La última foto de Marina lo confirma.
Pero sus caminos volvieron a cruzarse. “Hice unos días de turismo por Ecuador y regresé a Montañita el 20 de febrero con una amiga. Ese mismo día las encontré en la playa disfrutando y conversé con ellas. Les dije para salir por la noche de ese mismo sábado y me dijeron que me avisarían, pero nunca me avisaron. Al otro día, las vi en la playa contemplando el atardecer. Ellas me dijeron para vernos por las calles de los cocktails (el centro), pero no pactamos horario, ni nada”.
"Las vi y me invitaron a la playa, porque ellas andaban con otro grupo de chicos de nacionalidad chilena y argentina y no fui
Según su relato, las chicas lo invitaron a esta salida en la playa, pero él prefirió quedarse en el centro.
Esa noche, la del 22 de febrero, el joven aseguró haber visto a las chicas en el centro de Montañita cerca de las dos y media de la madrugada. “Las vi y me invitaron a la playa, porque ellas andaban con otro grupo de chicos de nacionalidad chilena y argentina y no fui. Por la madrugada pasaron de vuelta por la calle de los cocktails y me dijeron por qué no había ido con ellas. Les dije que no tenía ganas de estar en la playa, que quería estar escuchando música. Luego volvieron esos mismos chicos y se fueron con ellos con rumbo desconocido”, recordó.
"Cuando volví a mi hostal, una cuadra antes, estaban ellas dos con un chico de cabello negro y de tez blanca, de mediana estatura. Los vi fumando marihuana porque pude oler
El joven aseguró que conoció a Marina y María José, cuando todavía se encontraban con Sofía Sarmiento y Agustina Cano.
Pero la noche, la última de Marina y María José con vida, no terminó ahí. “Cuando volví a mi hostal, una cuadra antes, estaban ellas dos con un chico de cabello negro y de tez blanca, de mediana estatura. Los vi fumando marihuana porque pude oler. Yo me volví al hostal”.
La única certeza que tiene la familia es que las chicas abandonaron el hotel JN el 22 a las 14.
El testimonio del argentino llega hasta el lunes 22, el día en el que se reportó la desaparición de las chicas y que, según la autopsia, fueron asesinadas. “Me enviaron al mediodía un mensaje preguntándome si voy a saludarlas o si venían ellas. Les respondí que vengan, porque la terminal está en frente de donde yo me estoy hospedando. Ellas me dicen que vienen a saludarme porque van a hacer dedo”.
"Les pregunté por qué no se tomaban el bus para ganar tiempo y seguridad, y me respondieron que no querían, que querían hacer dedo. Las despedí y ya no las vi más
El testigo dice que vio a las chicas fumar marihuana en la madrugada del 22, a una cuadra de la terminal.
Según Carlos, la decisión de las chicas de no tomar uno de los colectivos que une Montañita con Guayaquil (cuyo valor ronda los seis dólares) le llamó la atención. “Al llegar al hostal, me piden agua fría y se las brindé. Les pregunté por qué no se tomaban el bus para ganar tiempo y seguridad, y me respondieron que no querían, que querían hacer dedo. Las despedí y ya no las vi más”, reconstruyó.