El pasado 28 de febrero fueron encontrados los cuerpos de Marina Menegazzo y María José Coni, quienes habían permanecido desaparecidas casi una semana. A partir de ahí, todo se volvió confuso y la causa comenzó a deambular entre las acusaciones de la familia de las víctimas contra la versión oficial de Ecuador.
Gladys Steffani,madre de María José Coni, junto a su hijo Felipe y el consúl argentino Alberto Balboa.
Los amigos y familiares de las jóvenes asesinadas en Montañita aseguran que los cuerpos hallados no son de ellas y sostienen la posibilidad de que hayan sido víctimas de la trata de personas.
Frente a la duda, cuatro peritos de la Policía Federal Argentina (PFA) viajaron a Ecuador para colaborar en la investigación del crimen de las dos turistas mendocinas y hoy comenzaron sus estudios con el fin de corroborar la identidad de los cadáveres que la Justicia de ese país ya hizo a través de las impresiones dactilares de las víctimas.
El fiscal de Manglaralto Juan Pablo Arévalo participó del reconocimiento de los cadáveres de las jóvenes mendocinas.
"Recolectamos muestras de ADN y a más tardar esta noche estaremos terminando con las pericias para luego continuar las tareas en Argentina, donde los resultados estarán dentro de al menos una semana", afirmó el comisario inspector Francisco Daniel Guglielmo, jefe del Departamento Identificaciones Personales de la fuerza.
Los peritos de la PFA, respetando las normas de protocolo del país para evitar la contaminación de las evidencias, iniciaron sus tareas bajo la supervisión del fiscal de la causa, Juan Pablo Arévalo. “Estamos trabajando con el fin de esclarecer lo que pasó", reconoció Arévalo, aunque no quiso profundizar en la causa que lleva a adelante.
Por otra parte, en el lugar del peritaje estuvo presente el cónsul argentino en Guayaquil, Alberto Balboa, quien acompañó a Marcos Menegazzo y a Cristian Pisano, hermano y cuñado de Marina respectivamente, y al hermano y madre de María José, Felipe Coni y Gladys Steffani.
El consúl argentino Alberto Balboa dialoga con Gladys Steffani en la morgue.
Censura
Los familiares se reunieron con los expertos forenses argentinos en el hall de entrada de la morgue, donde un policía ecuatoriano, que dijo obedecer órdenes del fiscal Arévalo, impidió el registro del encuentro e incluso tapó con sus manos las cámaras fotográficas que se encontraban en el lugar.
"Nuestra misión fundamental es identificar los cadáveres. Los familiares nos pidieron saber si los cuerpos que se encontraban en el lugar son los de las dos chicas", explicó el comisario Guglielmo y añadió que su única misión es levantar muestras "tanto papiloscópicas, o sea impresiones dactilares, como así también de material genético para procesar el análisis de ADN".
"Con este equipo tomaremos las muestras necesarias para identificar fehaciente, categórica e indubitablemente la identidad de los cadáveres", reconoció el jefe del Departamento Identificaciones Personales de la fuerza antes de iniciar la tarea.
Además, agregó que reciben apoyo de "peritos de Quito" y negó que por el momento viajen especialistas de otros países como había trascendido.
Fueron cuatro los peritos argentinos que viajaron a Ecuador.
A pesar de que los investigadores ecuatorianos habían determinado las identidades de las mendocinas a través de las impresiones dactilares, las sospechas de las familias en torno a la pesquisa provocaron la intervención del gobierno argentino para confirmarlo.
"Nosotros hemos visto los juegos de fichas dactiloscópicas. Vamos a confirmarlos mediante los peritajes que venimos a hacer pero en el expediente, al que tuvimos acceso, hay un juego de fichas y esas no las hizo Papá Noel; es decir, fueron peritos", expresó legista Sáenz Peña.
Los peritos le extrajeron hoy sangre a la madre de Coni, cuya muestra servirá para cotejarla con la del presunto cadáver de su hija, mientras que la de Menegazzo también serán cotejada con la de su madre, que está en la provincia de Mendoza.
Laboratorio de criminalística y ciencias forenses donde se tomaron las muestras.
“Vienen entre 11 y 12 mil chicos solo de Argentina. En nueve, 10 años, son 150-200 mil chicos que han venido, nunca ha habido un acto violento”, expresó esta tarde el Mirko Rodic, presidente del Centro Ecuatoriano Argentino y agregó: “no es un sitio peligroso. Lo peor que puede pasar en estos hechos es que queden dudas, Ecuador tiene que ser muy flexible en eso”.