El monóxido de carbono es reconocido entre los especialistas de la salud como “el enemigo silencioso”. En las últimas 24 horas, en Argentina, fueron denunciados dos hechos vinculados a la intoxicación. Mientras que en Jujuy, un padre les salvó la vida a sus dos hijos después de que se intoxicaran con un brasero encendido en su habitación y continúan internados; en Bahía Blanca, una familia completa falleció.
Según el informe de la Policía, la mamá de 58 años y sus hijos de 19 y 12, además de su perro, habían muerte por inhalación de monóxido de carbono. Y detallaron: "En el lugar se estableció que el calefón que había en la vivienda no poseía la instalación al exterior conectada y que el orificio de la pared se encontraba tapado con una bolsa de nylon, situación por la cual podría haber originado la intoxicación".
Por este motivo, y para prevenir la intoxicación y posible muertes, y tomar las medidas necesarias, BigBang se comunicó con el doctor Eduardo Scarlato, jefe de la División Toxicología del Hospital de Clínicas, que explicó: “El monóxido de carbono es altamente venenoso y peligroso. Es un gas imperceptible, no puede olerse, no irrita los ojos ni produce tos”.
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Y completa, sobre la forma en la que se forma: “Se produce por la mala combustión del oxígeno y cuando se lo inhala en grandes cantidades, por acumulación en el ambiente, puede llevar a la pérdida de conocimiento, asfixia e incluso provocar un paro cardio-respiratorio”.
Según informes extra oficiales, se estima que, cada año, mueren alrededor de 200 personas en nuestro país como consecuencia de la intoxicación por monóxido de carbono, a partir del mal funcionamiento de cocinas, calefones, estufas y demás artefactos de uso doméstico.
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En ese sentido, los diferentes síntomas de intoxicación con monóxido pueden ser: dolor de cabeza, náuseas, vómitos, confusión, visión borrosa, problemas de coordinación en la marcha, palpitaciones y respiración agitada.
Sobre ese punto, Scarlato apunta: “La persona intoxicada puede presentar una fuerte coloración rosada que suele confundirse con buen estado de salud o calor cuando, en realidad, es producto de la acción del gas en la sangre”.
Y explica durante la charla: “La consulta periódica a un gasista matriculado, la adecuada ventilación de los ambientes en donde se produce la combustión, la precaución de calefaccionar las viviendas solo durante el día y el apagado de los artefactos como estufas a kerosene y salamandras durante la noche, son algunas de las medidas más importantes para prevenir problemas”.
Por otra parte, Scarlato más recomendaciones como, por ejemplo, no utilizar el horno para secar ropa o calentar el ambiente; no ubicar el calefón en el baño; y vigilar la coloración de las llamas encendidas. “El fuego debe ser siempre de color azul. Una llama amarilla o naranja es símbolo de mala combustión”, puntualiza el jefe de Toxicología del Clínicas.
Por último, en caso de malestar, la acción más importante es abrir las ventanas para ventilar los ambientes, o salir y respirar aire fresco. Aunque el malestar pase, es recomendable llamar a emergencias y realizar la consulta con un especialista.