24 Abril de 2020 12:15
Un grupo de presos de la cárcel de Villa Devoto realizó una violenta protesta en el penal para exigir la liberación, así como mejoras en las condiciones de detención, y argumentaron que corren serios riesgos de contagio de coronavirus, luego de que esta semana un agente del Servicio Penitenciario diera positivo en el test.
La violenta protesta comenzó esta mañana dentro del penal de Devoto, la única cárcel federal que queda en pie en la Ciudad de Buenos Aires, con el objetivo de reclamar la liberación, prisión domiciliaria y mejores condiciones de detención en el penal. Hubo fuego en uno de los pabellones y vecinos de la zona relataron haber oído fuertes explosiones y balas de goma.
La protesta de los presos tiene como objetivo exigir la excarcelación, en algunos casos, y la prisión domiciliaria, en otros, con el objetivo de evitar una ola de contagios en el interior del penal ubicado sobre Nogoyá y Bermúdez, en el barrio de Devoto. Según relataron en una serie de videos que difundieron, temen infectarse por COVID-19. De hecho, esta semana un guardiacárcel dio positivo en el test, aunque no detallaron con cuántos reclusos había tenido contacto.
El motín comenzó cerca de las 9 de la mañana y los detenidos prendieron fuego colchones, arrojaron piedras y sillas a las autoridades y rompieron parte del techo del penal. Según informaron autoridades del penal, se trata de 50 reclusos. En una de las banderas que colgaron de una ventana se lee la frase “nos negamos a morir”. El penal tiene capacidad para unos 1.700 detenidos, aunque hay cerca de 3.000 presos.
Según publicó el sitio Infobae, se trata de un sector ubicado en la primera planta del penal, en un nivel reservado para narcotraficantes y detenidos que cursan estudios universitarios, y no de los pabellones con más altos índices de violencia.
Lo cierto es que la situación no es nueva. En las últimas semanas hubo varios conflictos en cárceles federales y provinciales con reclamos similares: los presos buscan que la Justicia resuelva pronto planteos de excarcelación o pedidos de prisión domiciliaria para pasar el período de cuarentena obligatoria fuera de la cárcel, un sitio en el que, si llegara a confirmarse un caso, por las condiciones de hacinamiento sería lógico que se propague rápidamente entre una gran parte de la población carcelaria.
En la última semana hubo dos motines importantes, uno en la cárcel de Florencio Varela, donde hubo preso que murió por recibir balas de goma y otros veinte que resultaron con heridas de consideración. También hubo incidentes y fuertes reclamos en el penal de Melchor Romero, donde entre otros detenidos se encuentran los ocho rugbiers acusados por el crimen de Fernando Báez Sosa.