La falta de un mecanismo que regule la circulación de la motos, tanto en Buenos Aires como en el resto del país, suman día a día nuevas víctimas de los motochorros, para quienes la ciudad es zona liberada. Las últimas estadísticas, que datan de 2014, indican que en Capital Federal y en el Conurbano se denuncian más de 50.000 robos armados, el 26% cometidos por motochorros, según un informe de la Procuración de la Corte Bonaerense.
Casos como el de Carolina Píparo, la embarazada que fue baleada a la salida de un banco y luego perdiera su bebé, o el del motochorro de La Boca que asaltó a un turista y luego se paseó por cuanto canal de televisión lo invitara, justificando su accionar, son sólo algunos de los hechos que llegan a la pantalla. Pero en mayor o menor medida, estas historias se van diluyendo para convertirse en un acontecimiento más de inseguridad cotidiana. Sin embargo ya son cuantiosas las víctimas asesinadas por el accionar de este tipo de delincuentes.
El motochorro de La Boca se paseó por los medios luego de asaltar un turista.
Precisamente el caso Píparo, en 2010, y la repercusión que tuvo luego de que la mujer perdiera su bebé debido a que fue baleada en la panza, puso en el tapete la necesidad de una ley que limitara y controlara las motos que circulan en la Ciudad de Buenos Aires y en el conurbano bonaerense. El Pro, presentó en ese momento una iniciativa que impedía la circulación de más de una persona en ese tipo de vehículos durante el horario bancario en la zona céntrica de la Ciudad de Buenos Aires, aunque muy limitada, la misma fue aprobada.
En 2014, el bloque PRO volvió a presentar en la Legislatura porteña un proyecto, que reflotaba esa iniciativa pero ampliando la zona de prohibición para la circulación de más de una persona por moto, que actualmente rige sólo en el microcentro. A ello se sumó la obligación de usar chaleco reflectario con el dominio de la moto impreso en el dorso.
Los chalecos obligatorios no son usados por la mayoría de los motociclistas.
En la práctica la normativa no se aplica, ya que son numerosas las irregularidades que presentan quienes manejan motocicletas, lo cual no hace más que darle via libre al libre accionar de los motochorros. Hoy la “ley motochorro” es una cuenta pendiente tanto a nivel porteño como nacional.
Zona liberada
Entre los acontecimientos más recientes algunos se destacan por su nivel de crudeza. Días atrás, un sargento de la Federal y su pareja fueron atacados en Haedo mientras se desplazaban en un auto, en el mismo fin de semana en San Francisco Solano, seis motochorros le dispararon a Diego Borges, un oficial del Comando de Prevención Comunitaria (CPC) de Quilmes Oeste, que se resistió al robo una motocicleta.
Diego Borges fue atacado por seis motochorros.
También en el oeste del conurbano, el lunes 23 de enero, un policía federal fue asesinado a en Castelar, cuando el sargento primero de la División Alcaldía de Investigaciones de la Policía Federal se disponía a visitar a un compañero en su domicilio.Cuando llegaba a la vivienda los ladrones lo atacaron, lo balearon y le robaron su arma reglamentaria.
Los casos se multpiplican también en el interior del país. El martes 25, la esposa del ex gobernador José Octavio Bordón, designado embajador argentino en Chile, fue golpeada en la cabeza por un motochorro que le robó su cartera, cerca de el Gran Mendoza.