Parecía una discusión de pareja y lo que comenzó como un caso de violencia de género terminó en siendo la liberación de una joven menor de edad secuestrada por una banda de trata de personas. “Ayúdame, por favor. Quiero volver a mi país”, le suplicó la víctima a un oficial de policía.
Se detuvieron a tres personas y se liberó a la víctima.
El hecho ocurrió el viernes, en el barrio de Flores. Un grupo de vecinos escuchó a una joven gritar y, según declararon, la situación parecía una pelea de pareja. De inmediato dieron aviso al 911. El personal de la Comisaría 40 de la Policía de la Ciudad llegó a una casa en Directorio al 3100 y observó a un hombre meter del cuello a una mujer dentro de la casa y cerrar la puerta.
En ese momento, el personal policial tocó el timbre de la casa y otra mujer adulta los atendió. Con distintos argumentos, intentó minimizar la situación diciendo que era una pareja que estaban discutiendo y sostuvo que el joven era su sobrino y que siempre discutía con su novia.
El oficial solicitó a la pareja que se haga presente y de inmediato la joven víctima del maltrato rompió en llanto y le pidió: “Ayúdame por favor, quiero volver a mi país”.
La víctima dormía entre bolsas con tela y suciedad.
Quebrada en llanto y sin poder detener su relato, la mujer reveló que hace un mes llegó al país junto a un hombre que había conocido en Bolivia y le prometió un empleo en la Argentina. Una vez en Buenos Aires, comenzó a trabajar en el taller de costura que funciona en la casa donde fue encontrada por la Policía, sin goce de sueldo, ni días de descanso.
A su vez, aseguró que sufría un trato violento y que era golpeada. No la dejaban salir a la calle sola, ni comunicarse con su familia. Además, afirmó haber sido amenazada antes de hablar con el policía por la dueña de casa. La mujer tenía mal aspecto y se notaba su nivel de alteración.
En el allanamiento se encontraron gran cantidad de telas y elementos de costura.
Por sus dichos, el personal policial procedió a detener a los tres ocupantes de la casa, una mujer y dos varones que serían familiares. Luego, el juez de la causa ordenó allanar el domicilio para buscar nuevas personas en situación de trata.
La mujer estaba esclavizada para que realice prendas.
A las pocas horas, ya de madrugada, se realizó el allanamiento en el domicilio donde se máquinas de coser, prendas y telas.
Al lugar llegó una ambulancia del SAME, para asistir a la víctima. Los vecinos salieron a la calle para entender lo que sucedía y entre gritos los detenidos fueron llevados hasta el patrullero. Actualmente, la joven cuenta con ayuda psicológica, logró retomar contacto con su familia e inició una denuncia contra los que la mantuvieron secuestraron.