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"No me digas que...": el momento en el que Susana se enteró de que habían asesinado a su hijo

La mamá de Gonzalo Domínguez recuerda la fatídica masacre y la lucha por justicia. 

10 Junio de 2023 08:00
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Susana Ríos es mamá de Gonzalo Domínguez, uno de los jóvenes que fueron asesinados el 20 de mayo de 2019 en la Masacre de Monte. Pasaron cuatro años de la madrugada en la que asesinaron a su hijo y recibe a BigBang en la intimidad de su casa, minutos después de haberse reunido con su amiga y abogada quien la acompañó durante este tiempo.

¿Cómo fueron estos cuatro años? Pese a todo el dolor atravesado, Susana confiesa que no conoce el odio. “Para mí fue mucho más fácil seguir este camino así. No tengo nada en contra de las fuerzas policiales, sí con esas cuatro personas. Ellos hicieron mucho daño y no había motivo alguno para hacer lo que hicieron”.

“Ellos no están preparados para matar, ellos están preparados para cuidarnos”, advierte al recordar el accionar injustificado de las fuerzas policiales. En la mente de Susana, hay sólo solo recuerdo que prefiere olvidar para siempre: Gonzalo fue el único al que le impactó uno de los proyectiles disparados por el oficial Manuel Monreal

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Los recuerdos de ese día siguen latentes. Susana explica que se enteró sola de lo que ocurrió y que ninguna autoridad se acercó a su casa a avisarle lo que pasó con Gonzalo esa noche. 

"Fue un día normal, eran las 20.30, él estaba acostado en su pieza, me pide permiso para ir a la plaza, porque justo vino Danilo a buscarlo. Danilo deja su patineta, Gonzalo también. Le digo 'sí, andá; pero no vengas tarde', porque la plaza queda acá a dos cuadras. Vivimos en un pueblo del interior, estábamos confiados porque tenemos tenemos cerca", recuerda.

Gonzalo siempre le avisaba a su mamá por dónde estaba, ya sea a través de una foto o un mensaje, pero esa noche las horas pasaban y el adolescente de 14 años no respondía. La desesperación invadió a Susana. 

"Lo raro de esa noche es que a las 22.30 yo le mandaba mensajes, pero tenía un solo tilde. Pensé que se había quedado sin crédito, pasaron las horas y dije: 'Bueno, cuando vuelva vamos a conversar. Me recosté a la 1.30 y dije bueno va a volver", rememora, todavía con la misma esperanza de ese día. 

Susana daba vueltas en la cama, su presentimiento de madre no la dejaba tranquila, su mente estaba en alerta. Mientras fue a revisar la pieza de Gonzalo con la esperanza de que esté recostado en su cama, una caravana de ambulancias comenzó a tocar sus sirenas. Algo había pasado.

La madrugada se hizo cuesta arriba para la mujer, que para distraerse tomó el celular y vio que en Facebook había comenzado a circular una foto de un auto partido en dos. "Hubo disparos", denunciaba una usuaria en un comentario. 

"Si le hubiera sacado captura o la hubiera acercado, me habría dado cuenta que ahí estaba mi hijo, porque se veía su mochilita en la foto", relató.

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A las 4.30 empezó a pensar que algo pasaba. "No podía entenderlo, jamás tardaba así. Entonces me fui caminando al hospital, lo veo lleno de gente y no me animé a entrar. Cuando llego a la esquina, veo que en la puerta de mi casa, llegan dos chicos en una moto, pensé que era Gonzalo. Como venían en contramano, me aususté, yo pensé que me iban a robar. Uno de los chicos tenía la cara tan desfigurada que no me di cuenta que era Nicolás, el hermano de Danilo. Le digo no me digas que fue el del auto y me dijo que si", reconstruye Susana.

Esa confirmación la desmoronó, su cuerpo cambió completamente. Junto con los de la moto fueron corriendo al Hospital. "Cuando entro, una policía, de muy mala manera, me dice 'señora trajo los documentos'; y le dije 'no, están en mi casa'. Cuando entro estaba el ex subsecretario, ya fallecido, Claudio Martinez, la ex intendenta municipal, Sandra Mayol, su hermana y el secretario de Gobierno, Hugo Medus. Les pregunto si era cierto lo que se decía y me dijeron que no".

El cuadro se tornó aún más dramático cuando una médica le avisó: "Señora, hay un cuerpo sin reconocer". Susana entró acompañada de un amigo a ver lo que no quería confirmar, todavía tenía las esperanzas de que no fuera su pequeño Gonzalo

"Le dije que me destapen los pies porque con las mediecitas me iba a dar cuenta si es él y vi sus medias, su ropita interior y después, no sé por qué, dije si podía ver su rostro, si era que no estaba tan destrozado y tenía un golpe muy fuerte en la cien", recuerda entre lágrimas de dolor. 

Tenía dos opciones: seguir o dejarme en la cama morir. Y decidí seguir"

El acompañamiento de los vecinos de San Miguel fue fundamental. Sobre todo de las personas que, gracias a las imágenes que pudieron tomar, ayudaron a reconstruir el fatídico hecho del 20 de mayo de 2019

“Los que encubrieron tienen la misma responsabilidad que los que dispararon, porque querían encubrir el asesinato de cuatro niños. Borrando filmaciones o cambiando las declaraciones”, señala en referencia al testimonio de Héctor Mensi, el dueño del acoplado que declaró haber escuchado disparos, pero los policías transcribieron en el acta que se refería a "contraexplosiones de una moto".

Gonzalo era el más pequeño de la casa, el más chiquito de las dos familias ensambladas que lograron formar su mamá y su papá.  "Lo cuidé tanto, tanto. Era muy compañero conmigo. A la noche venía y me preguntaba 'Ma, vamos a tomar unos matecitos'", dijo.

“Yo no quiero recordarlo desde el dolor, quiero hacerlo con alegría. Lo que queríamos lo conseguimos. Ahora quiero que solo sean recuerdos de felicidad, recordarlo con sus anécdotas, las juntadas del domingo”, dice casi al terminar, y reconoce: “Estuvo conmigo hasta el veredicto. Necesito soltar y ser un poquito lo que era antes”.