22 Noviembre de 2016 09:42
Después de adjudicarle una cita apócrifa a Jorge Luis Borges, el Gobierno porteño volvió a equivocarse y la víctima esta vez fue Julio Cortázar. En el marco de la serie de homenajes a escritores en el subte, las autoridades de la Ciudad colocaron un gran afiche en la estación Callao de la línea B, con un fragmento que, si bien puede leerse en Rayuela, no pertenece al autor de la novela.
El afiche de la polémica. La cita es, en realidad, del pallador José Betinotti.
“Mi diagnóstico es sencillo: sé que no tengo remedio”, fue la cita elegida para recordar a uno de los mayores representantes del llamado “boom latinoamericano”. Pero una adentrada lectura al universo cortazariano, realizada por el dramaturgo Mauricio Kartun, dejó en evidencia otro “pifie” de la gestión de Horacio Rodríguez Larreta.
Aunque el legado reflexivo de Cortázar es cuantioso, el afiche destaca una cita que el escritor realizó en el capítulo 39 del vals del payador José Betinotti, Tu diagnóstico. “Con una valija en la mano, enderezó para el lado de una parrilla del puerto, donde una noche alguien medio curda le había contado anécdotas del payador Betinotti, y de cómo cantaba aquel vals: 'Mi diagnóstico es sencillo, sé que no tengo remedio'”. La letra del vals, en realidad, dice: "Tu diagnóstico es sencillo, y no 'Mi diagnóstico'", como cita Cortázar. El vals fue grabado por el mismísimo Carlos Gardel.
Cortázar publicó Rayuela el viernes 28 de junio de 1963.
La cita en cuestión ni siquiera pertenece al personaje de la novela, Horacio Oliveira. Tampoco salió de la boca de La Maga. Nunca se debatió en ninguna reunión del Club de la Serpiente, ni resonó en la rue de Seine. Nada en ella refleja la impronta del autor, salvo, tal vez, la crisis existencial que experimenta el atormentado Oliveira durante todo el relato.
Algunas frases memorables de Rayuela que sí escribió Cortázar
Escribió siete novelas y decenas de cuentos. Pero no eligieron ninguna frase suya.
?????“Y mirá que apenas nos conocíamos y ya la vida urdía lo necesario para desencontrarnos minuciosamente”.
“Aunque hiciéramos tantas veces el amor la felicidad tenía que ser otra cosa, algo quizá más triste que esta paz y este placer, un aire como de unicornio o isla, una caída interminable en la inmovilidad
“Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella”.
“Hay una tensión, algo incomunicado pero presente que exige incorporarse, algo como una rabia insaciable”.
“No se puede querer lo que quiero, y en la forma en que lo quiero, y de yapa compartir la vida con los otros. Había que saber estar solo y que tanto querer hiciera su obra, me salvara o me matara
“Me atormenta tu amor que no me sirve de puente porque un puente no se sostiene de un solo lado”.
Edith Aron, la mujer que inspiró el personaje de "La Maga".
“Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio”.
“Amor mío, no te quiero por vos ni por mí ni por los dos juntos, no te quiero porque la sangre me llame a quererte, te quiero porque no sos mía, porque estás del otro lado, ahí donde me invitás a saltar y no puedo dar el salto”.
“Para vos la operación del amor es tan sencilla, te curarás antes que yo y eso que me querés como yo no te quiero
“No renuncio a nada, simplemente hago todo lo que puedo para que las cosas me renuncien a mí”.
Polémica por la vinculación con su verdadera muerte
Cristina Peri Rossi, ex amante y autora de la biografía que revela que Julio murió de sida.
La polémica cita también despertó la indignación de los seguidores del escritor. ¿El motivo? Una última biografía publicada por la periodista Cristina Peri Rossi asegura que Cortázar murió de sida y no de leucemia, como se especuló desde aquel domingo 12 de febrero de 1984 en el que el mundo despidió a su cronopio. La alusión al diagnóstico sin remedio es, cuanto menos, tan polémica como la cita apócrifa.
Los restos del escritor fueron enterrados en el Cementerio de Montparnasse, en París.
“El sida no se había identificado cuando Julio lo contrajo, era una enfermedad sin nombre. Consistía en un retrovirus no identificado.
Lo contrajo porque sufrió una hemorragia estomacal en agosto de 1981 cuando vivía en el sur de Francia. Lo hospitalizaron y le hicieron una transfusión de varios litros de sangre, que después se supo, en medio de un gran escándalo, que estaba contaminada”, explicó la autora, quien también supo mantener una amistad con el escritor.