A través de sus redes sociales, el historiador y escritor Pacho O'Donnell confirmó que se contagió de coronavirus. "Estoy convencido de que voy a lograr superarlo. Le estoy dando pelea", escribió.
"No estoy asintomático. El bicho quiere dañarme", agregó. "Tengo en mi contra mis 79 años y varias afecciones concomitantes. A favor mi buen estado físico resultado de un entrenamiento riguroso y constante. La mejor defensa contra toda enfermedad. Voy a ganar.Gracias por tanto afecto".
Una de las afecciones concomitantes a las que se refiere O'Donell es una insuficiencia cardíaca a partir de la cual decidió encarar años atrás un cambio de vida profundo, con hábitos saludables y mucho ejercicio físico.
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Así, montó un pequeño gimnasio en su departamento en el que encara una rutina diaria de pesas y cinta para correr. Orgulloso de sus cambios físicos -hasta pudo dejar el bastón que usó para caminar durante varios años- los reflejó en su cuenta de Instagram en la que le llovieron elogios.
"Soy una persona mayor, pero creo que mi buen estado físico hace que tenga muchas posibilidades de superarla", señaló sobre su infección de coronavirus, en diálogo con Noticias.
Por ahora, el historiador no necesitó de cuidados hospitalarios, por lo cual transcurre su tratamiento en casa. "Con el amor de mis amigos y mis familiares la estoy llevando muy bien", aseguró.
Mientras tanto, planea continuar con su agenda de clases y charlas a través de streaming. Un mes atrás, también vía streaming, se estrenó La furia y el viento, una reescritura de su obra teatral El sable.
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"Hay que reivindicar la palabra 'viejo'"
"Hace tiempo que cuestiono el hecho de que se suponga de que la vejez es sinónimo de deterioro", escribió meses atrás O'Donnell en una columna para Clarín. "Por supuesto, hay un condicionamiento biológico donde ciertas facultades se limitan, pero en realidad el deterioro del viejo es una imposición cultural. Creo que hay que reivindicar la palabra vieja y viejo"."Creo que la vejez no debería ser un sinónimo de persona débil. Lo que pasa es que las viejas y los viejos nos compramos la imposición cultural de que estamos condenados al deterioro, de que antes de la muerte viene el deterioro. No es cierto. Uno puede llegar a la muerte sin estar deteriorado", agregó.
"Dentro de las cosas positivas que puede dejar el coronavirus es a las viejas y a los viejos convencerlos de que no tienen por qué ser del sector más vulnerable, porque si no decidiéramos abandonar nuestro cuerpo ni renunciar a la sexualidad, energía, salud, no tendrían por qué segregarnos y prohibirnos andar por la calle. Me parece bastante absurdo", concluyó.