Mariana Denis Mastrángelo, profesora de química, fue asesinada por su marido, Ricardo Ocampo Ayala, el domingo pasado a la noche en el partido de La Matanza. Los hijos de la pareja, de 1 y 3 años, presenciaron el hecho, y la niña mayor llegó a admitir que vio como su papá mataba a su mamá.
Mariana Mastrángelo era madre de un bebe de 1 año y una niña de 3.
El hecho se registró en una vivienda ubicada en José Antonio Miralla al 5300 y Camino de Cintura, frente a la rotonda de La Tablada. Allí, tras una profunda discusión, el agresor asfixió a Mariana, y ante la policía, llegó a decir que la había matado porque ella quería terminar la relación, e irse con otro hombre.
Lo cierto, es que desesperado por lo que había hecho, Ayala llamó a su padre para decirle que fuera a buscar a sus hijos porque se había "mandado una cagada" con su mujer. Cuando el hombre, y los familiares de la víctima arribaron al lugar, descubrieron que el acceso a la casa estaba cerrado, y que adentro, los niños no dejaban de llorar.
El sospechoso asfixió a la mujer, porque según dijo, quería dejarlo por otro hombre.
Una vez que derribaron la puerta, los familiares ingresaron, y se encontraron con el cuerpo de la docente en el suelo, todo ensangrentado. Ayala no estaba, y ante la situación, los allegados llamaron a los efectivos de la comisaria 3a. para alertar sobre lo ocurrido.
Antes de que los niños fueran puestos a resguardo, la hija de 3 años, que estaba conmocionada por lo que había pasado, llegó a decirle a la familia y a los investigadores que su padre había dañado a su mamá. "Papá le puso una bolsa en la cabeza y la mató", aseguró la criatura.
El fiscal Carlos Arribas, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) Temática Homicidios del Departamento Judicial La Matanza se hizo presente en el lugar del hecho, y supervisó mientras la Policía Científica realizaba las pericias. Sin embargo, cuando las tareas estaban por terminar, el funcionario notó dentro de la vivienda una puerta que nadie había registrado, y al abrirla, encontraron al sospechoso mal herido.
Ensangrentado y a los gritos, Ocampo Ayala se había cortado las venas y el cuello, por lo que tuvo que ser trasladado de urgencia hospital Alberto Balestrini, en Ciudad Evita.
El atacante, se negó a declarar ante el fiscal Arribas y, luego de ser curado por los médicos, fue imputado por el delito de "homicidio agravado por el vínculo", el cual prevé una pena de prisión perpetua.