No son nuevos. Existen hace años y provocan temor en miles de vecinos. En Capital Federal existen varios asentamientos construidos sobre calles que se transformaron en “villas pasillo”, similares en el modo al acceso al predio donde el domingo una periodista de BigBang contó cómo fue atacada y abusada por dos hombres.
En diagonal, sobre la calle Bermejo, al costado de las vías del Belgrano Sur, el barrio Bermejo.
Tienen miles de habitantes y ambos se ubican en el barrio de Villa Lugano. Ambos provocan temor en los vecinos de la zona. Vecinos denuncian que desde hace tiempo allí se ocultan delincuentes que asaltan en las cercanías. Y tienen una misma modalidad de construcción: crecieron tanto en los últimos años que ya se “apropiaron” de las veredas y ganaron la calle.
Uno es el barrio Scapino. Se trata de una villa pasillo que nació con menos de veinte viviendas en 2007. Años atrás, calculaban que allí vivían unas 2.000 personas. Ahora no hay cifras oficiales de la Ciudad. El asentamiento se extiende por la calle Scapino entre la avenida Piedrabuena y la calle José León Suárez.
En total, abarca unas cuatro manzanas y se extiende por Scapino, de un lado, y por Echeandía del otro. Hasta hace tiempo, la custodia dependía de la Policía Federal y de Gendarmería.
Las dos "villas pasillo", ambas ubicadas en el barrio porteño de Villa Lugano.
Pero no se trata del único en la zona. Villa Lugano es uno de los barrios más calientes de la Capital. Allí, además de las “villas pasillo” hay grandes asentamientos que comenzaron a conformarse desde hace décadas, como la villa 20, la cuarta más grande de la Ciudad, donde meses atrás el Gobierno porteño anunció la urbanización tanto de la villa como de un predio lindero, donde en 2014 se produjo una toma que los intrusos apodaron como “barrio Papa Francisco”.
La modalidad es aún más llamativa a unas pocas cuadras de Scapino y Piedrabuena, donde se encuentra el barrio Bermejo. Se trata de un asentamiento construido, literalmente, sobre la calle. Menos de un kilómetro separa a ese barrio en el que viven unas 2.000 personas del asentamiento Bermejo, con construcciones de tres pisos que crecieron sobre la vereda y parte del asfalto.
En el caso de Bermejo, los vecinos calculan que viven unas 2.500 personas. El asentamiento se extiende por unas seis cuadras, entre Piedrabuena y la avenida General Paz. Se trata de un barrio aún más precario, con una pequeña calle que lo convierte prácticamente en inaccesible cuando llueve ya que el barro hace imposible caminar. La construcción comenzó en 2009 y creció al costado de las vías del ferrocarril Belgrano Sur.
EL PASILLO DONDE ABUSARON A LA PERIODISTA DE BIGBANG
Una periodista de BigBang fue víctima el domingo de un ataque sexual en el cruce de Soler y Juan B. Justo, a metros de donde hay instalado un asentamiento desde hace más de una década: tierra de nadie porque la policía directamente no ingresa en el lugar.
La zona ocupada está en el medio de uno de los barrios más caros de la Ciudad.
"Tené cuidado porque acá roban", advirtió un policía mientras periodistas de este sitio registraban la zona con un dron. "Si entramos nos cagan a piedrazos", agregó.
Manuela Fernández Mendy, editora de BigBang, fue atacada a las siete de la tarde por dos hombres cuando pasaba por el paso bajo nivel de Soler desde Juan B. Justo hacia Godoy Cruz.
El pasillo del horror.
Como ella misma contó esta mañana, en una conmovedora crónica, dos hombres la llevaron por la fuerza por un pasillo que corre en forma paralela a las vías y lleva hacia el asentamiento que se instaló donde antes había galpones ferroviarios.
Recorrimos la zona: desde BigBang hasta el lugar
Los vecinos del barrio aseguran que la policía no ingresa en el asentamiento, porque cada vez que algún agente se le ocurre transitar por ahí lo corren a piedrazos. Lo mismo ocurre con los patrulleros: un agente declaró que las veces que alguno coche policial se internó en el asentamiento terminó con los vidrios rotos.
Galpones ferroviarios abandonados.
"Hace poco más de un año estaba haciendo una nota por esa zona y cuando pasaba por ese cruce, antes del puente, tomé un testimonio frente a tres policías. Mientras esa persona me contaban cómo era el lugar, caminamos por el pasillo y cuando salimos de la vista de la policía se acercaron dos personas más", cuenta otra periodista, Josefina Marcuzzi. "Me robaron todo. Tuve mucho miedo. Fue sólo a pocos metros de la policía, no había forma de que no supieran qué pasaba y no me ayudaron después: "Ahí no entramos", me dijeron cuando salí".
El coqueto puente de Soler y, a pocos metros, la entrada al asentamiento.
Pese a que la seguridad es hoy responsabilidad en la Ciudad y en el ámbito nacional del mismo espacio político, nadie se hace cargo de la inseguridad en esa zona de Palermo.
En el Ministerio de Seguridad de la Nación dicen que las calles son responsabilidad de la Policía de la Ciudad, creada tras la fusión de la Metropolitana y una parte de la Policía Federal.
Desde el aire: suciedad, abandono y torres premium.
Desde el Ministerio de Seguridad de la ciudad de Buenos Aires sostiene que la responsabilidad en las vías es federal, por lo que corresponde a la Nación garantizar que sea una zona segura para todos los vecinos.
En la ciudad dicen que el galpón donde se instalaron los intrusos hay unas 300 personas que fueron censadas por el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. "Nosotros no podemos entrar si no hay una orden. Lo mejor sería desalojar el predio", dijeron desde el Ministerio porteño.
Aseguraron las mismas fuentes que luego de varias denuncias de vecinos se incrementó la presencia de policías en la zona, de las comisarías 25 y 31.
Los robos y ataques como los sufrió Fernández Mendy, quien consiguió escapar luego de morder en la mano a uno de los atacantes, son habituales dicen los vecinos del barrio.
A mediados de 2015, una nota de la La Nación denunció que los vecinos denunciaban robos y ataques en el asentamiento ubicado en el predio entre Juan B. Justo, Soler, Godoy Cruz y Nicaragua. Clarín fue más allá y bautizó al lugar como "Palermo Bronx", comparándola con la que fuera una muy peligrosa zona en Nueva York.
Ni la policía de la Ciudad ni la Federal terminan de hacerse cargo de lo que pasa en el lugar.
Algunas de las personas que viven en el asentamiento son cartoneros que salen a trabajar durante la tarde, dicen los vecinos, mientras que otros son delincuentes que aprovechan la ausencia de la policía para salir a robar.
La Comisaría 25 es la que tiene jurisdicción en esa zona y en algún momento ponían algunos agentes de custodia en la zona del paso bajo nivel, para prevenir que no se produjeran nuevos ataques. Es evidente que eso ya no pasa; o peor: que los propios policías hacen la "vista gorda".