22 Diciembre de 2017 18:12
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En la mañana del 5 de abril de 2015, Diego Cuevas corría una picada sobre la avenida Rivadavia, en Haedo, y producto de una mala maniobra, se subió a la vereda y atropelló a 5 jóvenes que habían salido de un boliche.
Por el hecho, fallecieron dos chicos, y ahora, la Justicia lo condenó a 9 años de prisión, aunque cumplirá la pena bajo el beneficio de prisión domiciliaria.
Diego Cuevas fue condenado a 9 años de prisión domiciliaria.
Cuevas estaba acusado de "homicidio simple con pluralidad de víctimas", por la muerte de Lautaro Juárez y José Mármol Lastra, y de "lesiones graves" por las heridas sufridas por el resto de los chicos que fueron atropellados.
En base a esto, el abogado que representa a las familias de los fallecidos, Luis Rappazzo, había pedido 18 años de prisión para el acusado, sin embargo, la Justicia determinó que debía tener la mitad de la condenada, y el Tribunal Oral en lo Criminal N° 6 de Morón condenó a Cuevas a 9 años de prisión domiciliaria. El beneficio, según explicó Rappazzo, ya se le había otorgado en 2015.
"El Juez de Garantías, Alfredo Meade, había considerado que era un homicidio culposo y lo mandó a la casa. Nosotros recurrimos esa decisión y desde la sala 1 de la Cámara consideraron que había sido dolo eventual y lo mandaron detenido, pero con prisión domiciliaria. Por eso se mantuvo el beneficio", aclaró.
El fallo provocó enojo y decepción por parte de los familiares de los chicos atropellados, que además eran primos; y entre gritos y lágrimas, los allegados aseguraron que la decisión del tribunal era injusta.
María Angélica Guaras, mamá de Lautaro, sostuvo en diálogo con TN que la decisión de los jueces no la dejó para nada conforme. "Nosotros lo vivimos con angustia, con dolor porque esperábamos los 18 años. Yo quería que se le diera condena para que aprendan respetar la vida", explicó.
"Era para que uno tuviera el respeto, que sean conscientes cuando se suben alcoholizados a manejar", agregó y añadió que el asesino "en ningún momento sintió dolor" por lo que sienten los familiares.
"A él le dieron el privilegio de que mirara la sentencia desde otro lado, ni siquiera vio nuestro sufrimiento. No sufrió nada porque no estuvo a la par de nosotros", cerró enojada.
La familia de los jóvenes asesinados reclama por una mayor condena.
El caso
El domingo 5 de abril de 2015, cerca de las 7 de la mañana, un grupo de chicos volvían de bailar de un boliche de Ramos Mejía, y mientras caminaban por Rivadavia y Maipú, fueron embestidos por un Nissan Tiida, que corría una picada con un Volkswagen Bora negro.
Uno de los jóvenes, Juárez, cayó muerto en el lugar y el resto de los adolescentes resultaron heridos de gravedad y quedaron tirados en el suelo. Sin embargo, uno de los sobrevivientes, que era primo de Juárez, murió algunas semanas después en el hospital Luis Güemes, donde estuvo internado por las heridas sufridas.
