Desde hace 30 años, la ciudad balnearia de Pinamar organiza su ya tradicional “Cacería del zorro”, que contrario a lo que indica su nombre, nada tiene que ver con hombres armados persiguiendo al susodicho animal sino que es una competencia hípica donde jinetes persiguen a otros con el fin de sacarles una tira que simula ser un rabo de zorro.
Todo comenzó con un posteo que la Secretaría de Turismo de Pinamar hizo en su perfil de Facebook: “El Círculo Argentino de Cacerías Hípicas nos promete una edición muy especial con más de 35 jinetes que se animarán a vivir la aventura, internándose en nuestros bosques y playas”, rezaba el texto, acompañado por la foto de un jinete con una cola de zorro en la espalda.
“Los zorros están en el bosque y entran humanos que los asustan y los asesinan. ¿Eso les parece que está bien? ¿Qué tipo de valores pregonan?”, reclamó uno de los comentarios, visiblemente enojado con la invitación.
La publicación, posiblemente confusa para los que no conocen el evento, despertó la ira de los amantes de los animales que reclamaron por la prohibición de la jornada y pidieron que no se permita cazar a los pobres animalitos durante la jornada.
Debido a esto, la Secretaría de Turismo de la ciudad balnearia debió aclarar la cuestión y en un comentario explicó de qué se trataba la actividad: “La "cacería del zorro" es un evento que se realiza hace 30 años en Pinamar, organizado por el Círculo Argentino de Cacerías Hípicas. NO ES UNA CACERÍA REAL”, recalcó con letras mayúsculas para no dar lugar a confusión.
“Los jinetes que logran atravesar todo el circuito por nuestros bosques, sin penalizaciones, acceden a la posibilidad de quitarle la cola al zorro (que no es ni más ni menos que un jinete con mucha destreza que lleva una cola de tela en su espalda) e intentará evitar que se la quiten, todo el tiempo”, aclaró la dinámica de la actividad.
La cacería del zorro en Pinamar es un evento hípico
Sin embargo, lejos de dejar conformes esta explicación a los defensores de los zorros, los ecologistas volvieron a la carga reclamando esta vez por los caballos, a los que consideraron víctimas de este divertimento.
“Ningún caballo quiere ser el esclavo de nadie. Esto sigue siendo totalmente injusto. Que lo jueguen los humanos corriendo con sus piernas, sin someter a otros individuos que nada tienen que ver con esto”, protestó uno, mientras que otro fue más contundente: “Dejen en paz a los caballos que esclavizan para su 'retrógrada tradición'”.
Hace casi 30 años que el evento se realiza en Pinamar, y nunca se registraron incedentes
Por ahora, la protesta no parece trascender el mundo virtual del 2.0 y no parece que se vaya a suspender la actividad. Aunque tampoco se sabe qué puede llegar a suceder ahora que la polémica trascendió los límites de la balnearia ciudad de Pinamar.