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"Pistoleros"; una historia (parecida a la realidad) de trata, amor y narcotráfico

La novela fue escrita por Paula Castiglioni. Resulta ágil, entretenida y fácil de leer.

por Agustina Acciardi

22 Enero de 2022 08:00
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La novela "Pistoleros", escrita por la periodista y productora Paula Castiglioni, fue publicada en octubre de 2021, luego de haber ganado el 17° Premio Internacional de Narrativa "Ignacio Manuel Altamirano" de la Universidad Autónoma del Estado de México.

Aunque el título puede indicar que se trata de un policial, lo que pocos saben es que entre estas páginas se esconde una historia mucho más profunda en la que aparece como tema central el narcotráfico, seguido de amor, traiciones, pedofilia y marginalidad.

Con personajes como Anita, Jano, El Bambi y Dante, Castiglioni logra construir un mundo que se parece mucho a la realidad que vive la Argentina. Será por su trabajo como periodista que, con un ojo afinado, la escritora puso en palabras y le dio forma a muchas de las cosas que atraviesan los ciudadanos de nuestro país.

De lectura sencilla y entretenida, además de tocar el tema de la producción y venta de drogas, en el libro se habla de los enfrentamientos entre bandas narco, de la trata de blancas, la prostitución, la violencia de género, la injusticia y la desigualdad de oportunidades. 

Por eso mismo, para conocer un poco más acerca de la construcción de la novela y del proceso de escritura, BigBang dialogó con Paula Castiglioni, quien nos contó detalles del paso a paso para la creación de "Pistoleros".

-¿Cuándo nació “Pistoleros” originalmente? ¿Mucho antes de su publicación?

-La idea de “Pistoleros” se gestó a fines de 2017. Yo venía de escribir un drama paranormal que me bocharon de todos lados, no es fácil publicar a un autor nuevo. Durante una clase, mi maestro, Enzo Maqueira, me comentó que tenía pasta para el género romántico. Medio en chiste, medio en serio, le dije que solo podría escribir una novela narcoromántica. Y así fue que, entre risas, empecé a buscar una línea argumental. Estaba muy entusiasmada con el desafío. Hace muchos años que soy lectora de narcoliteratura, todo comenzó cuando vi la película “La Virgen de los sicarios” y después busqué el libro. Luego fue investigar, escribir, corregir, buscar editorial, mandar a concursos. Tuve la bendición de que en 2020 la novela ganara un premio en México.

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-¿En qué te inspiraste para pensar la historia de Pistoleros? ¿Tuvo que ver con tu trabajo como periodista y productora?

-Exactamente. Yo me crié como periodista en el género policial y la investigación. Apenas salí de la escuela, entré como pasante a América TV. Mis primeras tareas fueron servir mate y desgrabar crudos. Al principio miraba de reojo lo policial, pero con el tiempo, le fui tomando gustito. Aprendí a producir y a guionar, descubrí que era el género periodístico más relacionado con la literatura. A lo largo de estos años me fui topando con muchas historias.  Algunas de ellas influyeron en “Pistoleros”. Locaciones, personajes, apodos y escenas.

-¿Cómo te preparaste para empezar a darle forma de libro? ¿Tuviste que investigar mucho? ¿Quiénes te ayudaron?

-Para empezar me compré un libro llamado “Tú puedes escribir una novela romántica”, de José de la Rosa. Dejemos de lado los prejuicios: es un manual maravilloso que aplica a cualquier género. Entre otras cosas, te enseña a diseñar tramas para luego unirlas en una estructura sólida. Después me puse a leer en busca del tono. Ernesto Mallo. Alejandro López. José Sbarra. Dani Umpi. Y sobre todo, una maratón de Manuel Puig. Mi investigación fue más que nada literaria. Claro que hice archivo de notas y leí libros básicos sobre narcotráfico como “Cero Cero Cero”, de Roberto Saviano. Pero cuando tuve que armar la estructura interna de la banda de la Barbie, me ayudó mi amigo Hernán Gersberg, periodista y productor. Después, ya en el proceso de redactar, siempre nos leemos con Laura Estévez, una amiga que escribe hermoso. Por último, tuve el buen visto de Enzo Maqueira.

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-¿Cómo nacieron los personajes? Durante el transcurso de la novela aparecen muchos, con historias diferentes, pero ¿cómo creaste a los personajes principales?

-Primero me vino a la mente Anita. Quería que viviera en un mundo de fantasía para mitigar tanto dolor. Luego le busqué un novio, Jano. Tenía que ser un capo diferente, de guante blanco, bello y con dos caras. Y después, un tercero en discordia, Dante. Mejor no spoilear. Ya con esto tenía la trama romántica. Luego, fui reforzando la trama de acción y las secundarias con personajes funcionales al tema. Antes de ponerme a escribir, armo una especie de biografía no autorizada de los más importantes. Esto me permite desarrollar también la historia, se me van ocurriendo muchas ideas... y no todas terminan en el libro. Solo yo las conozco y me sirven para que los personajes sean más verosímiles y no se contradigan.

-En un punto, las historias y las vidas de los personajes que se cuentan en el libro parecen ser una locura y muy de ficción. Sin embargo, ¿tiene un gran parecido con la realidad que se vive en la Argentina, no?

-Margaret Atwood, cuando escribe distopía, se pone como regla no poner nada que no haya sucedido en algún lugar, en algún momento de la historia. Eso le da verosimilitud a una historia. En Argentina hay narcotráfico. Los operativos no solo tienen lugar en barrios populares, hubo grandes allanamientos en countries. ¿Te acordás del Operativo Luis XV? También tenemos un problema grave con la trata de personas, facilitada por nuestras fronteras permeables. Lo único que hice fue tomar los temas y buscar en mi imaginación los posibles personajes detrás de estos titulares.

-¿Qué podés contar de la verdadera Anita a la que hacés mención en los agradecimientos? ¿Le estás hablando a alguien en particular?

-Corría el año 2014 y para el noticiero estábamos armando una saga de informes sobre trata de personas. Así fue como conocí a una chica que fue entregada por su madre a una red y pudo escapar por sus propios medios. Como tenía 16 años, debíamos preservar su identidad. Le pregunté cómo quería que la llamáramos y me contestó: “Anita, como Ana Frank. Algún día quisiera escribir mi historia”. “Pistoleros” no es la historia de esa Anita, quiero subrayarlo. Tomé de esa chica ese pasado en una red de trata, común a tantas víctimas. Y más que nada, su resiliencia. Ella aseguraba que ni su madre ni el captor le iban a arruinar la vida, lucharía para ser feliz. Lamentablemente, esa nota nunca pudo salir al aire, no sé por qué. Su abogada me odió, pensaría que estaba en mis manos. La última vez que vi a la letrada le regalé una netbook para que Anita pudiera escribir. Ojalá algún día veamos esa historia.

-¿Qué significa para vos, como escritora, y luego como persona, este primer libro? ¿Estás pensando en una nueva historia para contar?

-Para mí “Pistoleros” es un sueño. Es la posibilidad de que la historia salga de mis manos y genere nuevos mundos en la cabeza del lector. Y como vos decís, es un primer libro, no una historia más que no pudo ver la luz. Me hace muy feliz, estoy muy agradecida a todos mis maestros, a la Universidad Autónoma del Estado de México y a Editorial Revólver, que hicieron esto posible. Siempre ando pensando en nuevas historias. Ahora estoy escribiendo otra, que está bastante encaminada. Si no escribo, me pongo insoportable. Más vale que escriba, por mi salud mental y el bien de todos los que me aguantan.

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