25 Agosto de 2016 05:38
Era el spa del poder. También, por qué no, el de la farándula. Por sus instalaciones pasaron desde Marcelo T. de Alvear a Carlos Gardel. Los últimos años no costaba tampoco encontrar a Mauricio Macri o a Susana Giménez. Pero la crisis golpeó también a las paredes revestidas de mármol y Colmegna Spa Urbano, el lugar elegido durante años por los poderosos, puso el cartel de venta.
Fueron ocho años de deudas y la familia decidió vender el spa.
El histórico spa, ubicado en la calle Sarmiento 839, a sólo siete cuadras de la Casa Rosada, sufrió en los últimos años los vaivenes de la economía.
Los 90: Oyarbide celebró más de un cumpleaños en el lugar.
Por eso, la familia Colmegna decidió vender luego de 121 años las acciones de la empresa a un grupo inversor que se comprometió a conservar el nombre con el que Luis Colmegna la fundó allá por 1895.
En sus orígenes era sólo un piso, pero ahora tiene seis.
Colmegna fue un inmigrante italiano que, ni bien llegó a Buenos Aires, supo que a la ciudad le faltaba un lugar como los baños característicos de su país. Por eso, no sólo fundó su spa, administrado luego por tres generaciones de su familia, sino que también importó hasta las maderas y mármoles que aún hoy reciben a las personalidades de la política y el espectáculo.
El spa del poder
Era principios del 2010. El juez federal Norberto Oyarbide analizaba procesar al jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, por el escándalo de las escuchas ilegales. Y, de casualidad, se cruzaron en el vestuario del spa. El por entonces jefe de Gobierno porteño le reprochó al ahora jubilado juez que lo pusiera en la tapa de los diarios por el espionaje a integrantes de la comunidad judía.
El spa se encuentra a sólo siete cuadras de La Rosada.
Diversas personalidades disfrutaron de sus instalaciones. Diego Maradona, Guillermo Coppola, Pedro Pompilio, Carlos Monzón, Aníbal Troilo, José Ottavis, Dante Gullo, Carmen Barbieri, Marcela Tinayre, Paloma Herrera, Eleonora Casano, John Travolta y Antonio Banderas pasaron por los exclusivos servicios del lugar: baños de vapor, sauna, baño turco, masajes y manicura, entre otros.
La transición
"Sentimos nostalgia, pero también alivio", expresaron desde la familia Colmegna a BigBang luego de acordar con el grupo inversor. Es que, a pesar de las innumerables ofertas de especulación inmobiliaria, las deudas acumuladas durante los últimos ocho años decidieron la venta a quien se comprometiera a conservar el negocio.
El revestimiento fue importado hace 120 años desde Italia.
Los trabajadores quieren cobrar en tiempo y forma, los clientes desean disfrutar de las instalaciones en todo su esplendor. Sin embargo, la familia no podía cumplir con las exigencias. "Si no hubiéramos sufrido la crisis, no la habríamos vendido". Como sea, los nuevos dueños le prometieron a la familia que "Colmegna volverá a ser el spa del poder".