Aunque no sea tan fácil de detectar, existe una patología llamada misofinía, la cual se caracteriza por hacer que los sonidos comunes le produzcan a una persona una respuesta emocional intensa, como pueden ser la ira, el pánico, el miedo o la angustia.
La misofonía es una de las enfermedades que provoca mayor cambio de emociones.
Los que sufren de esta afección tienen muy activa la parte del cerebro que une los sentidos con las emociones, ya que su corteza insular anterior se encuentra conectada al cerebro de una manera diferente al resto de las personas.
Por esto mismo, los sonidos relacionados con la comida, como masticar, tragar y sorber, pueden provocarle a quienes sufren de esto una gran molestia.
Esta patología suele ser muy irritable con los ruidos a la hora de comer.
Según la Asociación Británica de Tinnitus, los sonidos que activan la misofonía suelen ser "los ruidos generados por el ser humano y que están bajo control voluntario", como olfatear o masticar, por ejemplo.
Esta patología es una respuesta emocional muy fuerte a un sonido, y hay tres tipos de reacciones que se pueden tener: disgusto, ansiedad e ira, aunque la última suele ser la más común.
Células madre: cómo se desarrolla en Argentina una de las áreas más prometedoras de la medicina
Los síntomas son variados, pero cuando una persona siente el rechazo hacia un sonido, se acelera el ritmo cardiaco y las respiraciones se vuelven muy frecuentes y poco profundas. Incluso, algunas veces se pueden sentir temblores, sudoración y picazón.
La misofonía no tiene tratamiento.
"O me voy o tengo que taparme los oídos. Simplemente no puedo escucharlo. Me deja realmente angustiada. Mi cuerpo siente que hay un peligro y tengo que irme o protegerme", dijo Margot en diálogo con la BBC.
Así, esta británica de 28 años explicó que muchas veces tiene que taparse los oídos o abandonar lugares cuando escucha, por ejemplo, el momento en que una persona rompe con sus dientes la cáscara de una fruta.
Los varones también tienen cáncer de mama: por qué es necesario ir al médico ante cualquier sospecha
Algo parecido le ocurre a Noel, quien no soporta el ruido que surge del momento en que se mastican papas fritas, un susurro, el clic de una lápicera, o cuando teclean en una computadora.
El tecleo de la computadora y el ruido a comer genera grandes molestias.
"No es simplemente un sonido que no te gusta, es mucho más que eso. Es una sensación en mi estómago, como una ansiedad extrema. A veces también puedo sentirme bloqueada de repente y no puedo pensar", contó.
Lo cierto es que la misofonía puede volverse insoportable en entornos laborales, donde hay muchas personas que realizan diferentes actividades.
Además, esta condición puede provocar problemas de pareja o de convivencia, ya que si no es detectada por un médico, muchas veces puede tornarse difícil una vida en común.