03 Julio de 2015 15:45
Cuando el dron de BigBang estaba por despegar en Puerto Madero, un prefecto se acercó y le ordenó al cronista que lo apagara. La explicación fue: “Si ese aparato se cae encima de alguien y le rompe la cabeza es mi culpa”. Un argumento algo extraño. En Olivos, cuando el dron quiso mostrar la Quinta Presidencial, la explicación fue más coherente. Allí apelaron a la violación del espacio aéreo. Pero, ¿cuál es la regulación para la utilización de este dispositivo para tomar imágenes?
Por lo pronto, la ANAC (Administración Nacional de Aviación Civil) emitió la Resolución N° 41/2015 para elaborar el Procedimiento de Elaboración Participativa de Normas respecto del Proyecto de Reglamento Provisional de los Vehículos Aéreos No Tripulados, para establecer criterios para este tipo de elementos. El defintivo se conocerá en los próximos días.
Fuentes de ANAC dicen que la prohibición para pilotear drones en Puerto Madero puede estar relacionada a que ese sector de la Ciudad es el de mayor tráfico de helicópteros. El presidencial, el del Ministerio de Seguridad, Helipuertos Módena (desde donde aterrizan y despegan los helicópteros del SAME) y también algunas pistas privadas, como Costa Salguero.
Lo cierto es que por el momento el uso de drones no tiene ningún tipo de regulación, aunque hay proyectos para limitar su uso. Impulsados por algunos legisladores porteños, la idea es controlar la utilización de esta herramienta. Las críticas radican en la vinculación de los drones con un posible uso para espionaje, e incluso para transportar armas. “Es una barbaridad el uso de estos dispositivos”, opina Alejandro Bodart, legislador del MST. “El espacio aéreo sin regular compromete la seguridad y la privacidad. También debiera haber control sobre la venta, un registro”.
Gustavo Vera, legislador de Bien Común, es otro de los legisladores que acompaña el proyecto. “Tenemos la certeza de que estas tecnologías serán utilizadas contra el ciudadano común, porque sabemos que no otorgan seguridad jurídica a la población y no van a ser utilizadas para perseguir a proxenetas y narcotraficantes”, dice. Bodart agrega: “Los que comenzaron a usar drones fueron los de la Policía Metropolitana. Se empezó a usar desde el Estado, cuando es el Estado quien debería regularlo”.