29 Abril de 2020 13:06
A través de una orden ejecutiva firmada el martes, Donald Trump ordenó mantener las plantas de procesamiento de carne abiertas en Estados Unidos calificándolos como infraestructura crítica en un intento de evitar el corte de suministros.
La decisión, sin embargo, no deja de ser problemática, ya que alrededor de 20 de esos establecimientos registraron brotes de coronavirus y tuvieron que cerrar.
De acuerdo al gremio United Food and Commercial Workers, habría alrededor de 6500 infectados y 20 muertos por el virus entre los trabajadores de la carne.
Una situación en gran parte derivada de las condiciones de hacinamiento, poca ventilación y falta de medidas de seguridad de la industria.
Protocolo argentino
En la Argentina, luego del fallecimiento a causa del coronavirus de un agente del SENASA y varios operarios contagiados en una planta de Quilmes, se elaboró un protocolo para el sector.
Así, se recomienda la firma de una declaración jurada por parte de los empleados para saber si estuvieron en contacto con un contagiado, de viaje en el exterior o en contacto con personas que lo hicieron recientemente. También se sugiere efectuar controles diarios de temperatura.
El protocolo también señala que las empresas deberían organizar los procesos productivos, tiempos y espacios de descanso para asegurar la distancia mínima entre trabajadores, reforzar las medidas de higiene personal, restringir al máximo el acceso de personas ajenas al establecimiento y delimitar zonas de acceso de vehículos de transporte de productos y materia prima.
Además, se sugiere "evaluar la posibilidad de dividir al personal en dos grupos, un grupo activo y otro grupo inactivo" que lo "reemplazará en caso que el primero se vea afectado".
Asimismo, ante la detección de un caso sospechoso, se recomienda evitar que el trabajador posiblemente infectado ingrese a la planta, aislarlo, reportarlo ante las autoridades sanitarias e identificar a las personas que estuvieron en contacto estrecho.
¿Hay riesgo para el consumidor?
Más allá de estas recomendaciones, para el periodista especializado en agro Matías Longoni, la pandemia de coronavirus debería ser "un acelerador de un cambio pendiente" en la cadena comercial de la carne.
"El argentino tiende a comprar la carne no en supermercados sino en carnicerías, donde se manipula mucho. Eso suma un riesgo de transmisión", expresó en su habitual columna del programa La Inmensa Minoría de Radio Con Vos.
"Es una gran diferencia con el mercado de Estados Unidos, donde la carne ya sale trozada y empaquetada del frigorífico".
Así, es recomendable lavarse las manos luego de manipular la carne y cocinarla siempre por encima de los 70 grados.
Esto no sólo evitará el contagio de coronavirus sino también la diseminación de otras enfermedades como el síndrome urémico hemolítico.