15 Abril de 2017 19:18

Dice que es un instrumento de Dios, que la fe salva y cura y emite un carisma irresistible para los fieles. El sacerdote considerado "sanador" Ignacio Periés, nacido en Sri Lanka y que desde hace 37 años vive en Argentina, volvió a reunir a una multitud de católicos en Rosario para participar del tradicional Vía Crucis, el más convocante del país.
Es notorio lo que el sacerdote provoca en la gente, que lo adora.
Más de 290 mil personas acompañaron anoche la reconstrucción de la Pasión de Cristo liderada por el cura a quien se le atribuyen dones sanadores que lo convirtieron en un fenómeno masivo. Cada año atiende cientos de miles de personas en su parroquia y hay que pedir turno para la imposición de manos.
Casi 300.000 personas acompañaron el Vía Crucis de Periés.
Los peregrinos se convocan en los alrededores de la parroquia Natividad del Señor, guiada espiritualmente por el sacerdote, quien cultiva un bajo perfil durante todo el año y casi no da entrevistas a los medios.
No le gusta el término sanador. "Yo no sano, lo hace Dios".
Su historia
Periés Kurukulasuriya nació hace 67 años en Balangoda, un pueblo de la isla de Sri Lanka cercano a la India que durante muchos años se llamó Ceilán, y se ordenó sacerdote en el Reino Unido en 1979. Años después llegó a la Argentina.
Tras un breve paso por Tancacha (Córdoba), donde fue enviado por la Cruzada del Espíritu Santo, orden a la que pertenece, el padre Ignacio llegó a Rosario, donde ejerció su ministerio hasta convertirse, dada su mística innata, en una de las figuras más convocantes de la grey católica. Y no sólo católica.
El 12 de marzo de 2015 inaugura el Polideportivo Natividad del Señor ubicado en el barrio Parque Field, lindero a Barrio Rucci, una moderna estructura que cuenta con baños, duchas, vestuario, salas y dos espacios multipropósito donde atiende a los visitantes y contiene a desposeídos.
Yo no soy, es El
Cada vez que le piden explicaciones por la confianza que despierta en la gente y las críticas que alguna vez recibió por su condición de "sanador" responde invocando a Dios.
Fue recibido por el Papa.
"No puede explicarse. Es que no tiene sustento científico, ni humano. Uno sólo se siente instrumento de Dios. Él es el que obra. Es un don, una gracia o como se quiera decir. Lo único que sé es que doy la paz y la tranquilidad de Dios a la gente". Y siempre aclara su desacuerdo con el término sanador: Cada uno recibe una misión, pero todos somos instrumentos de Dios. Una misión que nunca será de sanadores porque el que sana es El".
Sus charlas
La pregunta
En ese sentido, en una ocasión reveló la polémica pregunta que le haría al Señor si lo tuviera frente a frente. Y no es existencial. "Yo le preguntaría por qué todavía no nació un tratamiento concreto para la gente que sufre cáncer".