02 Marzo de 2018 06:56
El cuerpo de Nadia Yamila Arrieta, una mujer de 31 años fue hallado en un comercio de Villa Tesei, en el partido bonaerense de Hurlingham. La habían degollado, atado y amordazado. Estaba en ropa interior. Se investiga si el crimen está vinculado a un ataque sexual, o si hubo otro móvil.
Nadia Arrieta tenía 31 años.
La víctima es fue encontrada pasado el mediodía dentro de un negocio llamado "NyB" dedicado, según su página de Facebook, a la venta de artículos de regalería, ubicado en la avenida Pedro Díaz 596, casi esquina Gluck, de Villa Tesei.
El cadáver fue descubierto por un chapista de nombre Osvaldo Santander, de nacionalidad paraguaya, quien trabaja como empleado en un comercio que linda con el fondo de la regalería. Santander dijo haber escuchado gritos que provenían de ese lugar, tras lo cual dio la vuelta y entró, encontrándose con la terrible escena.
Fuentes cercanas a la investigación precisaron que si bien se están realizando las pericias correspondientes, no se habría tratado de un robo. No se registraron faltantes y el celular fue hallado al lado del cadáver.
El mecánico llamó a la línea de emergencias 911, por lo que de inmediato llegaron efectivos de la Policía Local de Hurlingham y luego de la seccional 2da. de ese distrito.
Arrieta vivía a unas 25 cuadras del local.
El cuerpo de Nadia estaba boca arriba en un ambiente interior del comercio. Los médicos confirmaron que no tenía signos vitales. Los peritos luego informaron que tenía un corte profundo de degüello y que además estaba amordazada con cinta adhesiva de color gris, sus manos atadas atrás y en ropa interior de la cintura hacia abajo.
Al costado suyo había una tijera de color naranja que fue secuestrada para ser peritada al igual que otros objetos hallados en el lugar. En tanto, personal de Policía Científica realizará tareas correspondientes en busca de rastros o huellas que permitan identificar a el o los agresores.
El caso es seguido por el fiscal Mario Ferrario, de la Unidad Funcional de Instrucción 3 de Morón, quien ordenó preservar la escena para el trabajo de la Policía Científica y la remisión del cadáver a la morgue de ese departamento judicial para la correspondiente autopsia.
El funcionario judicial se constituyó en el lugar del hecho para dirigir la pesquisa y también ordenó un relevamiento de la zona en busca de cámaras de seguridad que posibiliten visibilizar quién entró al local.
Según contaron otros comerciantes de la cuadra, la víctima vivía a unas 25 cuadras y siempre atendía con la puerta cerrada y solo a conocidos.