24 Febrero de 2025 16:21

Con 88 años, el Papa Francisco atraviesa uno de sus momentos más angustiantes respecto a su salud. Al momento, desde Roma advierten que su situación se agravó a partir de una crisis respiratoria y miles de fieles se congregaron en las inmediaciones del Hospital Gemelli donde se encuentra internado desde el 14 de febrero de 2025.
Si bien el parte de prensa de ese nosocomio indica que "la noche transcurrió bien, el Papa durmió y descansa", muchos se preguntan quiénes podría ser el sucesor del sumo pontífice argentino en caso de su fallecimiento.
Lo cierto es que las opciones parecen ser diametralmente opuestas a Francisco que, durante su gestión en la iglesia católica cambió el rumbo de muchas de las doctrinas y costumbres de la misma bregando por un perfil sacerdotal más inclinado a los derechos humanos y la justicia social.
Es en esa línea en la que empezaron a desfilar nombres de cardenales que podrían suceder a Francisco y, mucho de ellos están ligados políticamente a la ideología biologicista, otros son ultraconservadores y otros -aunque intenten esconderlo- tienen ligación con los partidos de la derecha de sus países. Sin embargo, hay otros que seguirían con la ideología más afín a la del argentino.
¿Quiénes podrían ser los sucesores más peligrosos de Francisco?
Son tres los nombres de los cardenales que podrían ocupar el lugar del sumo pontífice argentino y dinamitar todo lo que construyó el argentino aunque también se consideran otros perfiles.
- Cardenal Robert Sarah (Guinea, 79 años). Es famoso por su postura conservadora y durante la gestión del Papa Francisco criticó varias de sus reformas propuestas. En esa línea, defiende la tradición litúrgica y ha expresado opiniones firmes sobre temas como la familia, el orden natural y la moral sexual. Su elección podría generar divisiones dentro de la Iglesia debido a sus posiciones tradicionales y es visto como un representante del ala más conservadora de la Iglesia. Sarah está asociado a posiciones cercanas a movimientos ultraconservadores en Europa.
- Cardenal Peter Erdő (Hungría, 72 años). Es el arzobispo de Esztergom-Budapest y primado de Hungría, considerado un candidato conservador; defiende posturas tradicionales en temas como el matrimonio y la bioética. Su elección podría ser vista como un retorno a posiciones más tradicionales dentro de la Iglesia: sostiene posturas férreas en bioética y sobre el papel tradicional de la familia. Además, es cercano a las políticas nacionalistas de derecha promovidas en Hungría por Viktor Orbán, que se autopercibe como político ultraconservador.
- Cardenal Raymond Leo Burke (EE. UU., 76 años). Es conocido por su fuerte oposición al Papa Francisco en temas doctrinales. Además, es defensor estricto del magisterio tradicional y crítico de las aperturas pastorales, como las dirigidas a la comunidad LGBT y los divorciados vueltos a casar. Burke es conocido por su cercanía a los movimientos ultraconservadores y políticos alineados con la derecha cristiana en EE.UU.
- Cardenal Pietro Parolin (Italia, 70 años). Actualmente se desempeña como secretario de Estado del Vaticano y ha jugado un papel clave en la diplomacia de la Santa Sede. Su elección podría ser vista como una opción de continuidad y estabilidad por ser considerado moderado, ya que combina una sensibilidad social con una postura doctrinal equilibrada.
- Cardenal Matteo Zuppi (Italia, 69 años): Arzobispo de Bolonia, es conocido por su enfoque pastoral y su trabajo en iniciativas de paz. Considerado progresista, ha mostrado apertura en temas sociales y es cercano a los movimientos de base. Su elección podría fortalecer la línea reformista dentro de la Iglesia.
- Cardenal Michael Czerny (Canadá, 78 años). Es prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, es jesuita y ha trabajado en temas de justicia social y migración. Su elección podría reforzar el compromiso de la Iglesia con los más vulnerables y continuar con la agenda social del Papa Francisco.