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Redes sociales y salud mental: los desafíos de la psicología y sus pacientes en la era digital

Especialistas en el tema reflexionan sobre la forma de vincularse en la nueva etapa de internet y las redes sociales, y los problemas de salud mental que han traído.

16 Febrero de 2024 16:07
Las redes sociales son un factor a tener en cuenta para los psicólgoos.

Las redes sociales generan un estímulo constante en las personas, que llevan a adicciones y hasta, por momentos, podrían llegar a desatar inseguridades, sobre todo en los más jóvenes. Desde idealización de parejas hasta filtros que modifican el rostro -que impulsan a miles a realizarse retoques-, han obligado a la psicología a replantearse su rol dentro del sistema de salud y de cómo abordar ciertas problemáticas. Es que el paradigma cambió de forma exponencial en los últimos años, sobre todo después del encierro provocado por el Covid-19, donde miles de personas se vieron afectadas severamente en muchos aspectos de su vida. 

En este sentido, un estudio científico titulado "Estimación de la asociación entre la adopción de Facebook y el bienestar en 72 países",  realizado por la Universidad de Oxford, realizó un sondeo en casi un millón de personas entre 2008 y 2019. Allí detectó que si bien no se encontraron datos concluyentes de que las redes sociales afecten directamente la psiquis, sugiere la necesidad de una revisión más profunda sobre las políticas y las acciones de las mismas, basadas en la evidencia sólida. Sin embargo, este paradigma cambió con el crecimiento y surgimiento de otras redes como Instagram, Tik Tok, Snapchat, y otras que exponen a la persona a otros niveles de intimidad. 

Las consultas de terapia crecieron en los últimos años.

Al respecto, BigBang intentó poner en perspectiva estos datos, en relación a la cantidad de cuentas sobre autoayuda, salud mental y superación personal que crecen día a día, y cuyos consumidores comienzan a hacerse cada vez más preguntas sobre la exploración de su persona, sin tener en cuenta que la mayoría de estas herramientas no están supervisadas por profesionales de la salud y, si lo están, quizás no proporcionan la información suficiente como para no generar por ejemplo, autodiagnósticos incorrectos. 

En este punto, es importante destacar que el rol que ocupa la psicología en las redes sociales se plantea para los profesionales de la salud mental como un nuevo paradigma, debido a que han cambiado las formas de autopercepción del paciente, de vincularse cara a cara, de relacionarse y buscar pareja o incluso la forma de trabajar. La tecnología ha comenzado a ocupar un lugar central en la vida de las personas y muchas veces, si ese cambio y el bombardeo constante de información no está acompañado de un buen proceso terapéutico, el efecto rebote podría ser mayor.

En este sentido, el psicoanalista Matías Tavil, creador de la cuenta de Instagram @al.asociacionlibre, respondió a esta pregunta: "Me parece que hoy en día, en su mayoría, la psicología ocupa un rol igual que todas las otras cosas que se venden como un producto, de algo que se quiere vender, en ese sentido no estoy seguro de cuánto le hace bien a las personas, porque es la promoción de un servicio como los demás".

"La psicología -como algo que busca mejorar la calidad de vida de las personas- quizás es cierto que no se adapta tan bien a las redes sociales porque, ¿cuánto uno puede ayudar con un par de frases o un minuto y pico de video? No es tan fácil. Sí puede ayudar a que se visibilicen ciertos temas y que uno conozca los nombres de algunas cosas que capaz resuenen un poco con lo que a uno le pasa. En ese sentido, es valioso que circule esa información porque te ayuda a pensar y poder llegar a identificar el problema propio, ponerle un nombre y buscar ayuda", aseguró Tavil. 

Sin embargo, el profesional también señala la posibilidad de que existan nuevos conflictos psicológicos que podrían haber sido provocados por las redes sociales, ya que por ejemplo, la ansiedad y la depresión han aumentado mucho desde 2020 a esta parte y, aunque no son temas nuevos, la virtualidad podría haber agrandado la problemática. "La capacidad de socializar por fuera del mundo virtual está cada vez más dificultoso", reflexionó. 

Al respecto, la psicoanalista Belén Santomé Osuna (M.N 73835), de @ilustra.psi, remarcó: "La psicología puede ser una asignatura que se adapte a las redes sociales. Pero un psicólogo no. ¿Cuál es la diferencia? Desde el punto de vista teórico se puede compartir mucha información útil e interesante, pero desde el punto de vista práctico es imposible, por lo menos desde el psicoanálisis. Ya que en análisis se trabaja con la singularidad de cada persona y con sus palabras. Es decir, no hay dos historias iguales, tampoco existen dos maneras de contar algo. Un analista escucha al paciente y trabaja en función de lo que esté le dice y la manera en que se lo dice. Trabaja a partir de los conflictos que a ese sujeto le aquejan, que difieren completamente del siguiente paciente y del anterior. Para que haya análisis es necesario de un analista y un paciente, de la palabra y de la escucha. Eso es imposible de ejercer en las redes. Es verdad que existen otras ramas de la psicología que pueden adaptarse un poco más, brindando algún tipo de conocimiento del profesional para apaciguar un poco el sufrimiento, pero no es suficiente para tratar el tema en profundidad". 

El espacio de terapia es seguro para el paciente.

Pero, ¿qué pasa con el estímulo constante que implica el consumir la vida personal y profesional de los demás? En las redes los usuarios no solamente tienen la oportunidad de tener una ventana abierta a la vida de su familia y amistades, sino que también pueden ver en tiempo real lo que hacen sus artistas favoritos, influencers, figuras políticas y hasta desconocidos que muestran solamente la "cara amable" de la vida. Ante esta pregunta, Belén explicó que las personas quedan "excluidas" de esa búsqueda desesperada por ser felices y exitosos. "Creo que lo más importante es que se desdibuja el deseo propio por la prisa de ser igual al otro que ya encontró su lugar en las redes", explicó. 

Las cuentas de superación personal, amor propio y aquellas que enseñan al usuario a comportarse en citas generan un efecto en el consumidor, ya que los medios de comunicación son, de cierta forma y cada vez más, formadores de opinión, buena o mala, que influye en el comportamiento de una persona.  "Muchos pacientes llegan a terapia o incluso a alguna sesión aislada diciendo cosas como 'no tengo responsabilidad afectiva' y cuando se les pregunta de dónde puede venir eso, algunos comentan que lo vieron en un reel, o en una cuenta. Allí lo que intento buscar es por qué eso, qué de eso los interpeló particularmente, si eso que escucharon les trae algún recuerdo y de esa manera buscar con el paciente cuál es su pregunta o conflicto en relación a eso", ejemplificó la psicóloga. 

"Los contenidos de amor propio son muy de esta época pero sucede que no necesariamente es tan simple como se promueve y uno no está tan en control como se postula.  Entonces si pueden hacer sentir a la persona como que está en falta, exigiendo un nivel de autocontrol con respecto a ciertas cosas que me parece que es falso. Son temas que para cambiar y solucionar requieren mucho esfuerzo y años de terapia en muchísimos casos. Y se promueve una especie de ideal bastante simplista como si hubiese gente que está 100 por ciento bien, eso también me parece falso", expresó Matías en este mismo sentido, coincidiendo con la mirada de su colega. 

"Todos los profesionales de la salud mental también tenemos conflictos entonces poner eso como un ideal a lo que uno llegaría no es sano, puede promover inseguridad. Es casi como promover un ideal de belleza que es imposible de alcanzar, quizás tanto contenido de amor propio puede generar el mismo efecto que genera inseguridad", concluyó Tavil.

La psicoterapia ayuda a resolver y simplificar la vida de los pacientes.

Si se analiza en profundidad el comportamiento de los usuarios dentro de las redes sociales, es común que se generen situaciones de violencia que puedan afectar severamente a la persona que es acosada, generando daños en su autoestima, ya que su vida está expuesta prácticamente todo el tiempo y en tiempo real.  "Las redes sociales también son lugares que usan algunos para, de manera anónima o no, expresarse violentamente. Impulsos promovidos por la pulsión de muerte que tenemos todos en menor o mayor medida. El caso es cómo nos los sacamos de encima. Podemos elegir maneras 'sanas' como ir a terapia, o hacer deporte, o a través del arte, o de maneras 'no sanas' entrando a Instagram y comentando cosas malas del cuerpo de otro, por ejemplo", definió Belén.

"Los algoritmos detectan como más viralizables son los contenidos que generan discordia, odio y shock. Lo que se ve en las redes pueden provocar enojo e indignación entonces eso hace que aumente la violencia", completó Tavil. 

En definitiva, las redes sociales son una "muletilla" para el pensamiento, para pasar el tiempo, y no permiten experimentar estar a solas con uno mismo y lidiar con el aburrimiento. Sin embargo, ambos profesionales de la salud mental han coincidido en que si bien alimentan un vacío y aumentan el ocio, lo cierto es que algunos contenidos pueden generar disparadores para plantearse problemáticas que más tarde puedan ser consultadas en un espacio terapéutico. 

La psicología, como tantas otras ramas de la salud y la educación, todavía se encuentra en un momento de descubrimiento ante este nuevo mundo interconectado por celulares y computadoras, donde el usuario puede consumir, informar y desinformar a la velocidad de la luz.