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Respiración, meditación y aceptación: cómo combatir el estrés ante la segunda ola de la pandemia

Beatriz Goyoaga, coordinadora general del Arte de Vivir en Latinoamérica, dialogó con BigBang y dio algunos consejos a tener en cuenta para combatir la segunda ola de la pandemia. 

por Alejo Paredes

17 Abril de 2021 08:00
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Lo único que suele esconder Beatriz Goyoaga es su edad biológica, pero solo basta con recorrer su exitosa y amplia carrera para darse cuenta que la española, nacida en Madrid y radicada en Buenos Aires, es una eminencia en lo suyo: a los 17 años abandonó su país natal y durante su trayectoria como periodista, llegando a convertirse en directora de medios de gran renombre como Daily Mail, entre muchos otros, entrevistó a personajes de interés mundial, como lo son la reina Isabel de Inglaterra, las princesas Diana y Sarah, el ex presidente George BushNelson Mandela, Madonna y Diego Armando Maradona, entre otras celebridades del deporte, arte y la política.

Actualmente, es la coordinadora general del Arte de Vivir en Latinoamérica, una ONG fundada por Sri Sri Ravi Shankar, cuatro veces nominado al premio Nobel de la Paz, que lucha contra el estrés y por conseguir un mundo en paz. En su nueva etapa ha enseñado los beneficios de la meditación a famosos, políticos, ejecutivos de importantes empresas y presidiarios, entre otros muchos.

Sostiene que las personas, a menudo, sufren de depresión - un 27% de la población-, ataques de pánico y de estrés por la crisis económica y la inseguridad sobre el futuro. En este último tiempo, potenciado por la pandemia de coronavirus. "El estrés no es sobrecarga de trabajo, es la fluctuación de la mente entre el pasado y el futuro, un serrucho sobre el sistema nervioso", afirma en diálogo con BigBang.

A lo largo de su vida, Goyoaga ha vivido experiencias únicas, de las cuales pocas personas pueden alardear: escaló el Everest, vivió en Australia con los aborígenes, recorrió los glaciares y realizó dos vueltas al perímetro de la tierra en diferentes transportes durante 367 días. Sin embargo, sostiene que fue el Sudarshan Kriya, una la técnica de respiración que conoció ya hace 22 años, la que cambió su vida por completo. 

Entrevistaste a personajes de primer nivel, escalaste el Everest...¿Cómo surgió este cambio tan radical en tu vida?

-Desde pequeña estaba buscando el motivo de la vida. Estudié siete idiomas, viví en siete países, buscaba algo más que solo comer, dormir y trabajar. Me fue muy bien en mi carrera de moverme por el Mundo, pero sabía que algo me faltaba. Tenía mucho éxito, pero mucho estrés también. El éxito con ese estrés no eras éxito, porque las relaciones de pareja, familiares o con los colegas se vieron deterioradas.

Lo que buscaba no lo encontré en los lugares súper exóticos que pude recorrer gracias al universo, sino que lo encontré en el silencio y en el equilibrio de mi misma sin abandonar mis raíces. No soy budista o hindú. Yo sigo siendo ama de casa, deportistas, divertida y católica.

Lo encontré cuando empecé a hacer las técnicas de respiración y meditación que me dieron un silencio mental que no había experimentado ni en los glaciares o en los lugares que nunca había puesto pie como en el Everest. Estudiando el silencio mental descubrí el motivo de mi vida. 

¿Qué es y cómo actúa el estrés?

-El estrés el enemigo público número uno de la salud, de las relaciones de pareja, relaciones familiares para bancarte lo que sea que te propone la vida, como inseguridad económica o política. está esperando como una fiera para poder atacar. Actúa como insomnio, colón irritable, respuesta ácida, perdida de paciencia, todas esas cosas van minando el estrés y es importante saber que no está en la familia, en el COVID o en la falta de trabajo, está en tu mente.

Ahora que tenemos más tiempo para ponderar, más encerrados, menos actividad de tráfico, podemos pensar y preguntarnos qué queremos en la vida. Hay que volver a ser esa persona tranquila, feliz y sonriente, dentro de las circunstancias que se atraviese.

A mi me pasa lo que a todos. me dejaron colgada la compra de la casa con las maletas hechas, no me pagan el sueldo cuando me tocan y se me enfermó mi hermano de COVID. Pero poder mantener la sonrisa, equilibrio y paciencia cuando las castañas queman vale oro. 

¿Qué nos sucede a nivel emocional en medio de esta pandemia?

-Ahora no solo hay estrés por la pandemia. Hay ansiedad, miedos, un futuro incierto y encierro de nuevo que, aunque no esté físicamente marcado, está remarcado todo el día en el titular. Ahora hay que estar más serenos que nunca para no quebrantar tu salud y que las defensas no bajen. Hay que aceptar las cosas que no podemos cambiar.

Aceptar es de sabios y no es aceptar pasivos, aceptar para accionar y no reaccionar. nadie está contento bajo ninguna decisión tomada bajo el estrés, ansiedad o angustia. Cuando no se acepta, se reacciona y te dejás llevar por la emoción. Lo que no se puede cambiar, hay que aceptarlo. Hay que tomar conciencia y ser responsables de nuestros propios sentimientos. No culpar al COVID o al encierro.

Somos responsables de nuestras propias emociones. Hay muchas personas que nos llaman, sobre todo mayores de 50 años, que manifestaron fobia al encierro. Les hemos ofrecido a los ministros de Salud que tomen todos los programas de nuestra ONG y se los den a todo el personal de salud para que puedan empezar a trabajar con la mente y logren poder relajarse.

Si tu mente está tranquila, y esto lo dicen los neurocirujanos, se elevan las defensas. El nervio vago, el nervio central que va a lo largo de la columna, se contraer al estar ansioso o tenso. Es el responsable del latido del corazón, el filtro del hígado, los orgasmos y de todo el organismo básicamente. 

Más allá de la pandemia... ¿cómo suelen actuar las personas ante un momento de crisis?

- Ante la crisis reaccionamos rechazándola. La meditación ayuda, sin costos ni efectos secundarios, a bajar un cambio y aceptar. Me ha tocado trabajar con 1800 hombres y mujeres privados de su libertad, estuve con narcos en México y con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Los presos están como esponjas, porque cualquier cosa que uno les  lleve para poder pasar el día lo aceptan. Hay algunos que cayeron ahí por sus destinos y dificultades de vida. Yo recuerdo que uno, con 23 años, que me regaló su diario donde tenía escrito "Gracias a Dios y al amigo". Cuando le pregunté, me dijo que a su amigo le había disparado al encontrarlo con su pareja en la cama.

Él lo odió y con la escopeta de su padre, le pegó un tiro a los 16 o 17 años. Era triaste verle, porque no era un asesino en serie o que había organizado el crimen, sino que se dejó llevar por la emoción. Otro, cuando le pregunté que iba a hacer cuando saliera de la cárcel, me dijo que iba a robar. Ahí fue cuando me contó que cuando tenía siete años su madre les dijo "los tres mayores a la calle" y se tuvo que ir con sus hermanos de 12 y 14 a la calle.

Comenzaron a robar para sobrevivir, lo metieron en un instituto donde aprendió a hacerlo mejor y cuando salió siguió robando. A los 19 lo detuvieron en la cárcel, donde lo "profesionalizaron". Ahí fue cuando me preguntó "¿qué otra cosa puedo hacer, si lo único que me enseñaron fue a robar?". 

¿Cuál de todos tus entrevistados fue el que más te marcó?

- Lady Di era realmente una princesa de los cuentos de hadas. Era natural, no llevaba todas las combinaciones de la realeza: llevaba las uñas pintadas de rojo y el vestido morado. El pelo desprolijo y era natural. Me dijo que le gustaría que sus hijos no fueran marionetas de la Corte y hicieran el voluntariado en África.

No era una chica superficial, era una mujer profunda al igual que Madonna, que todos la definían como la tigresa del espectáculo y resultó que era todo un show. A la entrevista vino con bailarines, una colita de caballo y sin pintar. Tenían otro porte personalmente. Nelson Mandela era un hombre de mucha profundidad y de valores, me había dicho que no quería que corra ríos de sangre por su país luego de 20 años en la cárcel por su color de piel.

Después entrevisté políticos, desde Carlos Saúl Menem y Néstor Kirchner, a Raúl Alfonsín y George W. Bush. Todos ellos contestaron los que les convenía en el momento. La política es así y es muy difícil llegarles al corazón. A diferencia de la realeza, que no tenían nada que perder porque se trata de una tradición, los políticos democráticos están siempre pensando en el futuro para no perder su lugar o quitárselo al otro. 

De las experiencias vividas...¿Cual te dejó la mejor anécdota o experiencia?

- Yo te diría que el Sudarshan Kriya, que es la técnica de respiración que hice hace 22 años yendo al curso por estrés. Mi marido, que estudiaba su tercera carrera en estudios orientales en la Universidad del salvador, me llevó porque yo creía que la meditación no era para mí. Fui con él porque había descuento si íbamos los dos. Pensé que era como otra charla, pero hice Sudarshan Kriya.

Es una técnica de respiración de una duración de una hora y pico que te catapulta a un espacio, flotaba, no sabía dónde estaba y estuve una hora llorando. Estaba traspuesta totalmente y cuando salí de ahí lo tenía que transmitir. Esa técnica hizo que el Arte de Vivir tome este aura. Esta fue la experiencia que marcó mi vida.

Después vivir en Mongolia, donde estuve en Ulán Bator, y me pareció increíble durante los dos meses que estuve ahí. Fue parte de mi gira alrededor del mundo, que hice para mi cumpleaños, donde hice dos vueltas al perímetro de la tierra, en diferentes transportes durante 367 días. Estaba buscando qué hago acá, para quién sirve todo esto y lo vine a encontrar en mi silencio, en mi corazón y en mi tranquilidad.

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