El pasado 28 de noviembre se cumplieron dos años de la muerte de Roberto Gómez Bolaños. Mejor conocido como Chespirito, su apodo artístico, fue el creador e intérprete de exitosos personajes que marcaron a varias generaciones con su humor y enseñanzas, como “El Chapulín Colorado” y “El Chavo del Ocho”, tal vez el más emblemático de todos.
Chespirito falleció a los 85 años.
A sus 85 años, el escritor y guionista mexicano decía adiós en su casa de Cancún, México, y se llevaba consigo varios misterios sin resolver, hasta hoy, sobre el personaje de la querida Vecindad. Muchos saben que el Chavo del Ocho debe su nombre al departamento del mismo número en el que vive, pero muchos desconocen el verdadero nombre de este personaje.
Bolaños escribió un libro donde contó la verdadera historia del Chavo.
Recientemente, se dio a conocer la existencia de un libro que escribió el propio Gómez Bolaños llamado "El diario de El Chavo", en el que revela que el verdadero nombre del personaje es Rodolfo Pietro Filiberto Raffaelo Guglielmi, como también su historia de vida y otros datos, algunos muy tristes, del personaje más famoso de la Vecindad.
A pesar de que su “primera obra maestra” fue el Chapulín Colorado en 1970, el niño huérfano de la vecindad interpretado por el mismo Chespirito se robó el corazón de propios y extraños. Pese a que la serie fue un éxito, fue criticado en sus comienzos por algunos medios como “vulgar”, “insulso” y “no recomendable” para los más chicos.
En el libro, Bolaños cuenta que el Chavo fue abandonado desde muy pequeño por su padre, por lo que su madre tuvo que dejarlo en la guardería mientras trabajaba. Un día, su madre nunca regresó. “Rodolfo” fue enviado a un orfanato, donde era maltratado por la encargada.
Cierto día, El Chavo logró huir de ese lugar y comenzó a juntarse con niños en riesgo social que utilizaban drogas. Finalmente, Rodolfo fue rescatado por una señora que vivía en el departamento número 8 de la famosa vecindad, pero la mujer falleció dejándolo solo una vez más.
El barril era utilizado por el personaje como un escondite.
SI bien, la cruda realidad que le tocó vivir al Chavo no podía ser contada durante el programa debido a la crudeza de su relato, Chespirito decidió plasmarla en su libro. A su vez, remarcó que el barril solo era un escondite cuando se sentía solo y triste.