23 Abril de 2019 12:50
Hicieron daño, mucho daño. Le robaron a una familia el dinero que habían ahorrado para el cumpleaños de 15 de su hija. Les desvalijaron la casa, pero eso es lo de menos, absolutamente lo de menos. En un acto de crueldad difícil de entender, les mataron a los dos perros y a los cuatro gatos.
El hecho ocurrió en Villa Ballester, en una casa ubicada en la calle Sargento Cabral, entre Charlone y Chivilcoy. Por el momento no hay detenidos ni sospechosos, aunque en el gran desorden que hicieron en la casa, es posible que hayan dejado alguna pista o alguna huella. "Entraron, rompieron rejas, puertas y ventanas, saquearon la casa y se llevaron todo lo que quisieron y para actuar de esa manera, mataron a golpes en la cabeza a uno de los perros, al otro y a los cuatro gatos que teníamos murieron envenenados”, contó Gustavo, el dueño de casa, a la agencia Télam.
Forzaron las ventanas con una barreta y rompieron los candados. Cargaron todo entre sábanas y frazadas: se llevaron dos televisores, un equipo de música, ropa de toda la familia, un microondas, relojes, joyas y una caja de zapatos con 60.000 pesos. Obraron rápido. Subieron su botín a una camioneta blanca. Un vecino alertó a la familia, que llamó al 911 de inmediato. La policía llegó cuando los delincuentes ya se habían ido, cuando los animales estaban muertos. En su huida dejaron las herramientas. Los vecinos dicen que vieron a dos hombres y dos mujeres. Una de las mujeres había estado el mismo día por la tarde, tocando el timbre, quizás para cerciorarse de que los dueños habían salido, que no había nadie excepto las mascotas.
La familia tenía previsto celebrar el cumpleaños de su hija dentro de dos meses. Ahora no tienen ni dinero ni ánimo para hacerlo. "Lo material se recupera, de alguna u otra manera, aunque cueste mucho dinero reponerlo, pero estos delincuentes se ensañaron con los animales para poder concretar el asalto”, se lamentan.
“Por todas las cosas que nos robaron, supongo que tuvieron que hacer, al menos, tres viajes. Tiraron todo al piso, no dejaron mueble, ni sector de la casa sin revolver. Además, dejaron tirado el crique con el que abrieron la reja. De todas maneras, el mayor dolor es ver muertos a los animalitos y de la forma en que los mataron, a los golpes y envenenados”, dijo el dueño de casa.