por Matias Ayrala
28 Diciembre de 2022 14:29A comienzos de diciembre, el INDEC informó que la inflación del mes de noviembre había marcado 4,9%, es decir, la más baja en los últimos nueve meses. Con esos datos, también se confirmó que la inflación anual marcó 92,4%. Claro que esas cifras impactaron de distinta manera sobre los productos y servicios. Por ese motivo, el Centro RA de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA) realizó una minuciosa investigación para revelar cuáles fueron los números reales para las cifras de los consumidores y cómo impactó en la vida diaria.
En ese punto, el informe de la UBA marcó cuáles fueron el producto y el rubro que más aumentaron en 2022. Por un lado, el kilo de cebollas fue el productor que más subió de manera interanual por segundo mes consecutivo: desde noviembre de 2021 a noviembre de 2022 acumuló 466,7%. En tanto, indumentaria y calzado fue el rubro con mayor suba: trepó a 122,4%.
Sobre la ropa en cuestión, el informe de la UBA explica que, en promedio, dicho rubro tuvo aumentos del 7% a nivel mensual durante 12 meses consecutivos. Algo que no tiene explicación ni a nivel insumos ni por variación del dólar ilegal. En tanto, el sub-rubro con mayor incremento fue verduras, con 152%.
En cuanto los productos específicos, el máximo aumento fue en el kilo de cebollas, que creció un 466.7% contra el mismo mes de 2021. De igual manera, hubo fuertes subas en el kilo de batatas (350.8%), de papas (270.1%), y la bolsa de kilo de azúcar (221%). También se observaron aumentos altos, de más del 100% anual en leche, aceite, carne, harinas, productos de tocador, artículos de limpieza, café, y en bebidas alcohólicas.
En cambio, el rubro con el menor aumento anual fue comunicaciones (sector regulado), que creció un 65.3% respecto a noviembre de 2021 (consistente con un ritmo mensual del 4,6% promedio). Además, la suba más baja fue en transporte público (53.3% anual).
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En cuanto a productos, el aumento más bajo se dio en la lata de tomates en conserva (47.2%), y otros productos como la carne picada (46.9%), el arroz blanco (51.4%), o el tomate redondo (54.8%) aumentaron muy por debajo de la inflación. Los cortes de carne, en general, aumentaron casi 40 puntos menos que el nivel general de precios: el asado subió un 54.2%, mientras que la paleta aumentó un 56.8%, la colita de cuadril un 57.5%, y la nalga un 57.1%.
También revelaron que los servicios crecieron menos que los bienes (84.3% contra 95.5% anual), con heterogeneidad dentro del segmento: el servicio con el mayor aumento fue restaurantes y comidas fuera del hogar (93.8% anual), mientras que los menores aumentos se dieron en el transporte público, seguido por los servicios recreativos y culturales (59.4% anual). En el medio, aumentaron los precios de prepagas (87.8% anual) y los alquileres (65.5% anual), además de teléfonos e Internet (60.2% anual).
Según el estudio de la UBA se puede inferir que hay “una divergencia en el ritmo de los precios, con artículos por encima del 100% anual y otros en la órbita del 50% anual; lo cual dificulta la desinflación y supone un mayor grado de presión, especialmente a los productos regulados que ostentan un nivel de atraso superior. En este sentido, un eventual ajuste de los rubros regulados podría alimentar nuevamente la dinámica inflacionaria”.
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En cuanto al costo de vida, si se toma en cuenta que la canasta básica alimentaria (CBA) aumentó un 101.8% anual. La CBA contiene principalmente artículos de primera necesidad, en su mayoría alimentos, delimitando lo que se conoce como “línea de indigencia”. Mientras tanto, la CBT -canasta básica total- contiene un catálogo de productos y servicios más amplios y delimita la 'línea de pobreza', aumentó un 97.4% anual. Así, se denota que ambas crecieron por encima de la inflación minorista. En línea con eso, para que un individuo no sea indigente se requirieron $20.715 en noviembre, mientras que para no ser pobre hicieron falta $47.232. Para una familia de 4 personas, fueron de $64 mil y $145 mil, respectivamente.
Entonces, si se toman en cuenta los productos que forman parte de la canasta básica, todos presentaron aumentos fuertes interanuales en noviembre, tales como la cebolla, además del azúcar, los huevos (155%), los fideos (140%), la harina (137%), el café (135%), la manzana y la banana (133% ambas), el zapallo (128%), y el pan de mesa (112%).
En resumen, el estudio de la Facultad de Ciencias Económicas explica que “se constata un mayor encarecimiento relativo de bienes que constituyen primera necesidad, reflejando el elevado aumento del costo de vida. Con una inflación en alimentos del orden del 94% anual, el impacto en la porción más vulnerable de la sociedad se torna sensible”. Y finaliza: “Esto ha quedado cristalizado en un primer semestre donde la pobreza se redujo 1 punto porcentual, mientras que la indigencia se incrementó medio punto. Ello sienta las bases de un entramado social débil, donde la dependencia del asistencialismo estatal puede verse incrementada, por lo que resolver la inflación se torna una tarea apremiante”.