La casa de remates Corbo, de Uruguay, subastará el martes de la semana próxima un set de cartas muy especiales: fueron escritas de puño y letra por el mismísimo Carlos Gardel y revelan varios datos pintorescos sobre su intimidad.
Gardel y Razzano formaron un famoso dúo musical.
Las epístolas están dirigidas a José Razzano, junto a quien formó un dúo hasta 1925. Desde la disolución de su sociedad musical, sin embargo, el íntimo amigo de Gardel se convirtió en administrador de sus bienes y negocios.
En el intercambio, el cantante de tangos se muestra feliz por estar viviendo en París "mejor que un millonario" en "el mejor barrio y en uno de los mejores apartamentos".
Una de las cartas que será subastada el martes. (Foto: El País de Uruguay).
"En todo París no se habla más que de mí, del gran cantor argentino. Las crónicas de los diarios dicen cosas que no se han dicho de muchos. Han dicho los cantantes que hay en París, muchos de ópera, que iban a aprender un poco de mí", se ufana Gardel quien además le confiesa a Razzano que se ha "pasado" a varias "bacanas".
Sin embargo, también le advierte a su amigo que su patrimonio no es tan amplio como la mayoría de la gente asumía. "El dinero me lo aprovecho en propaganda, afiches, clichés (fotografías), me he hecho una cortina de seda para mi presentación, he andado de un lado a otro", describe. "La cuestión es no mostrar la hilacha, pues creen que trabajo porque me da la gana, que soy rico, que los discos me dan una renta bárbara".
Peleas y duelos
En otra de sus cartas, Gardel critica duramente a uno de sus músicos, el uruguayo José María Aguilar, tildándolo de "turro", "mala persona" y "degenerado de la naturaleza".
Al parecer, la raíz de tal bronca, según describe el cantante, tenía que ver con "unos miles de francos" que su compañero le adeudaba. "Este sinvergüenza es un caso nunca visto", se lamenta.
Gardel, además, le relata a Razzano su insólito rol de padrino del cónsul argentino en Nápoles en un duelo frustrado con un italiano de apellido Vitale.
El lance iba a tener lugar a bordo del barco Principessa Mafalda, pero no ocurrió "por no haber sala de armas en el barco y porque el comandante no quería saber de responsabilidades".
Gardel aseguraba estar viviendo "como un millonario" en París.
El cantante, ofuscado, presionaba para que el duelo se hiciera de todas maneras aprovechando que ya había "dos pistolas preparadas". Sin embargo, enterados del asunto, los padres de Vitale retiraron a su hijo del duelo, temiendo por su vida.