"Te voy a cagar a trompadas, trolo de mierda", le dijeron a Franco Ramírez, un joven chaqueño de 25 años. Ya le habían robado su mochila, pero decidieron golpearlo cuando se dieron cuenta de que era gay.
Sucedió en la madrugada del martes 8 de enero, cuando Franco regresaba a su casa por el paseo del Club Regatas de Resistencia. “Ahí se podrían haber ido nomás y no pasaba nada. Pero se ve que se dieron cuenta de que soy marica y vino el ataque”, le dijo a la agencia Presentes.
Franco estudia Historia en la Universidad Nacional del Nordeste y milita en La Cámpora, que participará en abril en el cuarto congreso de la Liga LGBTIQ de las Provincias.
Según contó a Presentes, llegó como pudo a su casa, y apenas pudo reincorporarse su padre lo llevó a un sanatotio privado, donde el traumatólogo le dijo: "Hay una parte de la sociedad que no está preparada para la libertad que usted pretende tener'”. Franco le contestó: “Qué fácil es hablar para un varón hegemónico, blanco, heterosexual y profesional de clase media alta”.
La Universidad donde Franco estudia repudió el salvaje ataque : “La homofobia es producto de una pedagogía instalada por la presión social de la hegemonía heterosexual desde los primeros años de nuestra existencia. Nos formamos en concepciones distorsionadas por el sexismo de lo que debe ser un hombre y una mujer, y la homofobia se convierte en el agente guardián del género. Produce efectos devastadores en las vidas de las personas y tiene efectos negativos en el desarrollo de las naciones y de las sociedades por lo que erradicarla es un problema que nos atañe a todas y todos”, expresó el Consejo Directivo.