Los católicos argentinos están de parabienes: ya tenían nada menos que un Papa. Desde hoy, pueden rezarle a una beata nueva: Mamá Antula, nacida en Santiago del Estero, quedó a un paso de convertirse en santa. Con la presencia del Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, cardenal Angelo Amato, enviado por el Papa Francisco y de la vicepresidenta Gabriela Michetti -enviada por Mauricio Macri- fue consagrada hoy como beata María Antonia de San José, la monja santiagueña conocida como "Mamá Antula".
Los católicos santiagueños acompañaron masivamente la ceremonia. Fotos Diario El Liberal.
"La Iglesia Católica ve muy bien esta beatificación de Mama Antula, que es la glorificación de una mujer que era dinámica y el Papa Francisco vive con júbilo este momento", dijo Amato, que presidió la ceremonia religiosa en la plaza "Obispo Gerardo Sueldo".
Amato explicó que que la beatificación de Mama Antula "es un acontecimiento para la Argentina y la Iglesia Católica, porque era una mujer amable, dinámica, apostólica, sabia, virtuosa, amaba a Jesús, lo adoraba en la Eucaristía, veneraba a la Santísima Virgen María, y amaba a su pueblo".
Miles de peregrinos acompañaron la procesión cons imágenes de Nuestra Señora de la Consolación de Sumampa, Nuestro Señor de los Milagros de Mailín, Nuestra Señora de Loreto, Nuestra Señora de Huachana y la Cruz de Matará, que fueron colocadas en el altar durante la beatificación de Mama Antula. Los feligreses hicieron una vigilia la noche anterior, para acompañar el acontecimiento.
Fervor y alegría en los manifestantes,. Foto Diario El Liberal.
La curación milagrosa que se le atribuye a Mamá Antula fue a la hermana Rosa Vanina, una religiosa del instituto de las Hijas del Divino Salvador, que desde entonces se convirtió en devota de la religiosa que la había sanado milagrosamente.
Mamá Antula, la nueva santa: curó una colecistitis aguda
El Vaticano consideró "probado" que la intercesión de la nueva beata curó una colecistitis aguda, que en aquella época era mortal. En agradecimiento, la hermana Rosa (la que se curó) fundó una orden religiosa para venerarla.