Durante los últimos nueve años, la provincia de Santiago del Estero consiguió incrementar un 73% la cantidad de alumnos en las secundarias rurales, y el logro fue posible gracias a la intervención del Estado, y de los docentes que se esfuerzan cada día para viajar hasta las distintas escuelas.
En el año 2006 se aprobó la ley de Educación Nacional, la cual estableció la obligatoriedad del secundario, lo que llevó a que las provincias comenzaran a trabajar para acercar las escuelas a los adolescentes que viven en el campo.
Con el objetivo de incorporar más estudiantes, Santiago del Estero ideó cuatro modalidades de escuelas: de Itinerancia, Agrotécnicas, Escuelas de la Familia Agrícola y Mediada por Tecnología de la Información y la Comunicación. A pesar de la gran variedad, lo cierto es que el modelo con el que la provincia realmente logró incorporar a más adolescentes al sistema educativo es el de Itinerancia, que comenzó a desarrollarse en 2008, y bajo el cual funcionan hoy en día el 96% de las escuelas rurales de la provincia. De esa manera, pasó de tener 10.857 adolescentes matriculados en 2011 a 18.773 en 2018. Estas escuelas se llaman de "itinerancia", porque los docentes se trasladan de una a otra escuela para dar su materia, mientras que los alumnos siguen en su comunidad.
Según el Observatorio Argentinos por la Educación, durante el 2018, en las áreas rurales de todo el país había 10.385 escuelas primarias pero solo 7.359 secundarias. Sin embargo, entre 2011 y 2018 Santiago del Estero incrementó su matrícula un 73%.
Según el medio Redacción.com, para lograr una mejora verdadera, el Estado santiagueño reutilizó los edificios donde funcionan las primarias, y abrió allí también secundarias. Conseguir una cosa así no resultó sencillo, ya que se debió sacar una memorandum que obliga a los directivos a entregar las llaves de todo el edificio y de todas sus dependencias a su par de secundaria.
Aunque desde la gobernación pusieron mucho ímpetu para que el sistema educativo funcionara en zonas rurales, también el esfuerzo diario es de los docentes que viajan de un lado a otro para poder llegar a dar clases.
La escuela Domingo Bravo, por ejemplo, es la sede de referencia para los profesores que viajan hasta otras cinco escuelas ubicadas en pueblos muy pequeños y dispersos, como lo son: Los Núñez, Villa Giménez, Brea Puñuna, Sauzal y Los Miranda.
En Santiago del Estero las 600 escuelas de itinerancia están divididas en 80 agrupamientos. Cada agrupamiento está conformado por entre 4 y 15 escuelas de itinerancia -que funcionan en escuelas primarias- y tienen una sede central en una escuela primaria o secundaria. De esta manera, los alumnos pueden hacer el ciclo básico (1º y 2º año) en la misma escuela que cursaron la primaria, y luego concluir el ciclo orientado (3º, 4º y 5º año) en la sede del agrupamiento.
“En un mes y medio yo voy a ser la primera de toda mi familia en terminar el secundario”, contó Redacción.com Fiorela Luna, quien cursa quinto año en la escuela Domingo Bravo, del poblado de Chauchillas. “A veces, el rector y los profesores nos mandan mensajes si faltamos. Y veo que cuando un chico deja de ir suelen ir a la casa para convencerlo de que siga. Yo creo que el estudio me va a permitir vivir mejor porque escucho lo que nos cuentan los profes, sobre que a veces les costaba pero hoy están contentos con su título y con lo que pueden hacer”, sumó la adolescente de 16 años.