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Santo de mi devoción: el Papa quiere canonizar al primer cura villero

El Vaticano lo proclamó "siervo de Dios", primer paso hacia la santidad. El padre Cacho vivió en una villa de Montevideo y cuando murió su ataúd fue llevado por cartoneros en sus típicos carritos.

19 Febrero de 2017 17:00
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La posición ecuménica, social, política y personal de Francisco es reconocida y hasta resistida incluso dentro del Vaticano. Y precisamente, con el impulso e influencia del papa Francisco, el Vaticano proclamó Siervo de Dios e inició así formalmente la causa de canonización del uruguayo Isidro Alonso, conocido como el "padre Cacho". Es el primer cura villero que llega a estas instancias.

El sacerdote vivía en un asentamiento.

"Queridos amigos, tengo una muy buena noticia que darles. A nuestro querido padre Cacho, a partir de ahora, lo podremos llamar Siervo de Dios", anunció hoy en su audición radial el cardenal uruguayo Daniel Sturla, quien en septiembre de 2014 le presentó al Pontífice el pedido de canonización de su compatriota.

"El padre Cacho murió con fama de santidad hace casi 25 años. Un sacerdote entregado, un sacerdote que fue a encontrar a Dios entre los más pobres", agregó Sturla en referencia al cura que en 1977 decidió irse a vivir a una casa de madera y lata de "cantegrill" (villa urugaya), donde ejerció su acción pastoral.

Su ataúd fue llevado por cartoneros.

Nacido en 1929, el padre Cacho se ordenó sacerdote en 1959, y desde 1977 hasta su muerte, en 1992, vivió en el barrio Plácido Ellauri de la periferia más pobre montevideana. Cuando murió, su ataúd fue llevado por los cartoneros de la zona en un carrito típico de su actividad.

Un movimiento nacido en Argentina

Los curas villeros es un movimiento de sacerdotes de la Iglesia Católica surgido en Argentina a fines de la década de 1960 deciden vivir en las villas miseria y barriadas precarias, desde donde promueve el compromiso activo y la acción pastoral con las personas la habitan y con los pobres en general, con quienes viven y asisten. 

Carlos Mujica, el primer cura villero y fundador del movimiento.

El sector, resistido por las curias, se relaciona en sus orígenes con el Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, con la Teología de la liberación y con la opción por los pobres. Tiene como referente al sacerdote Carlos Mugica, asesinado en 1974 por un grupo parapolicial, considerado como mártir.

El padre Pepe junto a Bergoglio en una villa.

El papa Francisco ha mostrado en reiteradas oportunidades su identificación con los curas villeros, que en muchos casos tienen también conexiones con el peronismo, al que varios de sus integrantes han adherido expresamente. El padre Pepe Di Paola, más conocido como padre Pepe, es uno de sus principales referentes y el más activo en lo que a reclamos sociales se refiere.

El proceso para la santidad

La declaración como "Siervo de Dios" se da luego de que la Congregación para las Causas de los Santos examinara el informe sobre la vida del padre presentado por sus postuladores y dictara el decreto "Nihil obstat", es decir, que no hay impedimento para iniciar la causa. 

Una vez que se tiene el "Nihil obstat", el obispo diocesano -en este caso Sturla- dicta el Decreto de Introducción de la Causa del ahora Siervo de Dios, a quien ahora podrían aguardar las instancias de Venerable -para la que se analizan escritos y se convocan testigos, Beato -para la que se necesita un milagro- y Santo -para la que se debe comprobar un milagro ocurrido tras la beatificación.